El ataque inesperado de la milicia radical Hamás contra territorio israelí ha sorprendido no solo a la comunidad internacional y a los propios israelíes sino también a los mismísimos jefes del grupo terrorista palestino. Así lo ha reconocido Ali Barakeh, miembro de la dirección del grupo exiliado en Beirut en declaraciones a la agencia de noticias Associated Press. “Nos sorprendió este gran colapso”, dijo Barakeh. “Estábamos planeando obtener algunos avances y tomar prisioneros para intercambiarlos. Este ejército era un tigre de papel”, ha dicho en referencia a las Fuerzas de Defensa Israelí.
El portavoz de Hamás ha afirmado que el grupo extremista palestino, que tiene el control sobre la Franja de Gaza, está dispuesto a librar una larga guerra contra Israel y ha insistido en que utilizará los más de 130 rehenes israelíes para asegurar la liberación de los palestinos detenidos en Israel y en el extranjero. Barakeh también ha avisado de que Hamás tiene un arsenal de cohetes que durará mucho tiempo.
Este alto dirigente de Hamas asegura que sólo un pequeño número de comandantes de Hamás en Gaza tenía conocimiento sobre la incursión a gran escala que se lanzó a Israel este sábado, pero que aliados como Irán y el grupo libanés Hizbulá “se sumarán a la batalla si Gaza es sujeta a una guerra de aniquilación”.
En la entrevista con AP, el dirigente de Hamás asegura que el propósito del brutal ataque contra Israel no tiene como objetivo frenar las negociaciones entre Arabia Saudí e Israel, dos enemigos histórico que están a punto de alcanzar un acuerdo para el reconocimiento diplomático mutuo. A su juicio, la operación contra el estado judío ha sido impulsada “por una serie de acciones que ha tomado el gobierno derechista de Israel durante el último año, incluidas las provocadoras visitas al polémico lugar sagrado de Jerusalén en el que se encuentra la mezquita de Al-Aqsa”. También citó como argumento el aumento de prisioneros palestinos detenidos en Israel y un supuesto plan de Israel para matar a sus principales líderes.