El juez analizó las pruebas presentadas por la Fiscalía y determinó que el religioso, que estaba detenido, “es autor y culpable”.
El cura Juan Roca Fernández, ordenado como sacerdote en 2004, fue condenado, este miércoles, a 10 años de prisión por abuso sexual. Deberá cumplir su sentencia en el penal de Palmasola.
La Justicia lo encontró culpable por agredir sexualmente a una menor en 2021, de acuerdo con ABI.
Según la denuncia, el entonces párroco de la Iglesia Católica, que oficiaba misas en la zona de Alto San Pedro de Santa Cruz, habría aprovechado cuando una niña de 10 años estaba sola en su hogar. “La abrazó y la besó por la fuerza”, señala el medio estatal.
El juez analizó las pruebas presentadas por la Fiscalía y determinó que el religioso, quien estaba detenido preventivamente, “es autor y culpable por el delito de abuso sexual”, por ello ordenó que sea recluido en Palmasola durante 10 años.
El religioso nació en Montero el 17 de diciembre de 1971. El 3 de junio de 2004 se ordenó como sacerdote católico, “de manos del cardenal (extinto) Julio Terrazas”, según recuerda Campanas, el sitio oficial del Arzobispado de Santa Cruz.
Las recientes declaraciones registradas en la Cámara Gesell (herramienta de investigación forense que permite proteger a menores y adultos de la revictimización) de la Fiscalía fueron cruciales porque demostraron que el testimonio de la menor no se alteró con las declaraciones iniciales en entrevistas psicológicas.
La Fiscalía argumentó que, pese a que la agresión sexual se dio en 2021, la víctima aún tiene secuelas y rompe en llanto cuando habla de tema.
El escándalo por pederastia en la Iglesia Católica ha salpicado a varios sacerdotes del país, desde que comenzó con el caso de Alfonso “Pica” Pedrajas.
Este martes, la fiscal distrital de Tarija, Sandra Gutiérrez, informó que en los últimos días recibió una nueva denuncia de pederastia cometida en 1988 por un párroco identificado como Otto S., de la comunidad de Camargo.
“Pese a los años y después de haber vivido un calvario por el trauma que aún sigue teniendo este señor, porque ahora ya es mayor de edad, decidió presentar su denuncia correspondiente”, indicó Gutiérrez, en declaraciones difundidas por BTV.
Después de 35 años, la víctima relató ante la Fiscalía que sufrió agresiones del religioso de manera reiterada cuando solo tenía 15 años. Señaló que cuando denunció en su momento ante algunas monjas de la parroquia, fue “acusado de mentiroso” y expulsado cuando quería hacer su primera comunión.
Ante esta situación, Gutiérrez aseveró que se activó la investigación y se recolectaron los indicios dando con el paradero del monseñor Otto, quien será sometido a una audiencia cautelar en las próximas horas, porque se hallaron elementos que lo señalan como autor del delito de abuso deshonesto.
Por su parte, el exjesuita Pedro Lima denunció que existen más de 10 religiosos que encabezaron un encubrimiento sistemático en casos de abusos sexuales cometidos por jesuitas.
La Compañía de Jesús en Bolivia informó que al menos cinco son investigados por un presunto encubrimiento, hecho observado por Lima, el exjesuita que fue expulsado de la orden por revelar los abusos sexuales cometidos en contra de los niños, según la Agencia Boliviana de Información.
“Son más las personas que están implicadas en esta política de ‘encubrimiento sistemático’ durante años, voy a denunciar, por ejemplo, que quien tenía conocimiento por cuenta de conciencia y por acompañamiento personalizado a estos jesuitas perpetradores era el provincial de entonces, Víctor Blayot, que era como el jefe de los jesuitas catalanes que estaban en Bolivia, también el padre Carlos Palmes, tiene conocimiento de los abusos que cometían los jesuitas en hogares de niños”, aseveró Lima, en entrevista con BTV.
Según el exreligioso, considerado “testigo clave”, además de Víctor Blayot y Carlos Palmes, también habrían incurrido en encubrimiento otros eclesiásticos como Marco Recolons, Ramon Aleix, René Cardozo, Osvaldo Chirveches, Arturo Moscoso, Bernardo Ganthier, Ignacio Suñol, Antonio Menacho y Bernardo Mercado.
Fuente: OPINIÓN
