Pasaron siete días para que el cuerpo sin vida de Getrudes Arispe Flores fuera localizado en un barranco del camino a Santiváñez, Cochabamba, a unos 30 kilómetros del lugar donde se la vio por última vez.
Tenía 35 años, cinco hijos y era el único sostén económico de su hogar. Era una mujer luchadora y trabajadora. Vendía flores en La Cancha y, cuando no tenía producción, ofrecía comida en un puesto de Tirani. Su familia no halla consuelo y exige que Edwin Contreras L., principal sospechoso del feminicidio, sea sentenciado a 30 años de cárcel, sin derecho a indulto. El autor fue capturado el viernes, al promediar las 20:30, en Cochabamba. Se conoció que los primeros días se escondió en una comunidad de La Paz.
LAS ÚLTIMAS HORAS DE VIDA
Emigdio Arispe pasó gran parte del día, 29 de noviembre, con su hija Getrudes. Sembraron papa y luego volvieron a la comunidad de Tirani, donde eran vecinos. Ella cuidaba la posta de salud de la zona.
Contreras irrumpió su tranquilidad. Pidió ver a sus dos hijos en común y luego los llevó a dar una vuelta en su movilidad. Su paseo duró muy poco y luego los regresó a su hogar. Getrudes salió a conversar con él, al promediar las 19:00, y no volvió más. Según los testimonios de vecinos, ellos estaban discutiendo primero en un lote baldío y después en puertas de la posta de salud. La víctima se habría sujetado del motorizado de Contreras que partió con rumbo desconocido.
Según el informe del comandante de la Policía de Cochabamba, Erick Holguín, los exconcubinos discutieron porque Contreras le hizo conocer a Getrudes que iba a retomar su relación sentimental con una expareja y ella le exigió que cumpla con la manutención de sus hijos.
La madre y la hija de la víctima, quienes se enteraron del hecho violento, contrataron los servicios de un taxi con la intención de alcanzarlos, pero no los ubicaron. Desde entonces, la madre de cinco hijos (de entre 3 y 18 años) no volvió más a su hogar, por lo que su familia dio aviso a la Policía. Emigdio no podía quedarse de brazos cruzados y pidió ayuda a la comunidad. Se organizaron y salieron a buscar a Getrudes por distintas zonas, entre ellas Tirani, Tiquipaya, Liriuni, Valle Alto y Santiváñez. Dieron con el cadáver después de seguir unas pistas.
CARNET, PAÑOLETA Y SANDALIA, LAS PISTAS
Los familiares de Getrudes, junto a vecinos y conductores de la línea 123, ya habían recorrido distintos lugares buscándola, sin éxito. El lunes 5 de diciembre, una persona encontró la cédula de identidad de la desaparecida a orillas del camino a Santiváñez y comunicó a la Policía.
Personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) colectó el carnet y luego una pañoleta de la víctima. Cayó la noche y, junto con los comunarios de Tirani, se retomó la búsqueda la mañana del martes 6 de diciembre. Durante el rastrillaje, encontraron una sandalia de Getrudes y, después de unas horas, vieron un cuerpo al fondo del barranco.
FIN DE LA BÚSQUEDA
El acceso era riesgoso, pero ya sospechaban que se trataba de la desaparecida por las prendas que llevaba puesta; eran del mismo color. El grupo Bersa de la Policía rescató el cadáver. Los familiares confirmaron que se trataba de Getrudes. Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) para establecer las causas de muerte.
AUTOPSIA REVELA QUE LUCHÓ POR SU VIDA
Getrudes se aferró a la vida. “Su certificado médico forense refiere que ella se habría defendido, ha luchado por su vida. Lamentablemente la fuerza, la violencia que ha ejercido ese ciudadano (feminicida) ha sido más para poder quitarle la vida”, informó el abogado de la familia, Juan Carlos Montaño.
La mujer habría sido asesinada el 29 de noviembre, el día en que desapareció, según el reporte del director de la FELCV, Jhonny Coca, quien dio a conocer que la causa de muerte es asfixia anóxica por obstrucción de vías respiratorias. La víctima también recibió golpes en la cabeza.
DOLOROSO ÚLTIMO ADIÓS
“Justicia para Getrudes”, es el clamor que se escuchó durante el último adiós a la víctima de feminicidio.
Vecinos de Tirani acompañaron el 7 de diciembre a la familia Arispe Flores hasta el Cementerio de Tiquipaya.
Según las investigaciones, la mujer perdió la vida el mismo día en que desapareció; entre tanto, investigaciones preliminares revelan que existen testigos, algunos menores de edad, y “cómplices”.
INVESTIGADOS
Holguín dio a conocer hace unos días que hay dos personas investigadas por presunta complicidad en el feminicidio. Para uno de los abogados de la familia de la víctima, una es “coautora” del crimen.
Edwin Contreras L. (45), presunto feminicida oriundo de La Paz, habría huido con ayuda de terceros. Una de las investigadas es su expareja. “Tenemos a dos personas presuntamente implicadas; una es la exconcubina y otra ya está aprehendida. Estamos haciendo el trabajo de seguimiento al autor material”.
Emigdio no dejará el caso hasta encontrar justicia para su hija mayor. Sintió abandono por parte de los investigadores y las autoridades durante la búsqueda de Getrudes. Él, al igual que los comunarios y choferes, creen que los uniformados no hicieron lo suficiente para dar con la víctima.
“Ese asesino no tiene corazón ¿Qué clase de persona es para que así le haga a mi hija? De una semana, cabalito, se la encontró. Mi familia está detrozada, todo esto nos ha sorprendido. Ahora quiero justicia de los ministros, de las autoridades, no me dejen por favor”, señaló el papá de la victimada.
La investigación por el feminicidio de Getrudes ha sido declarada en reserva.
Fuente: OPINION
