ITER, el esperado reactor de fusión más grande del mundo, finalmente se ha ensamblado tras casi dos décadas de trabajo, pero no funcionará hasta dentro de 15 años, según anuncian los científicos del proyecto.
El 1 de julio, este gran proyecto de energía de fusión celebró la entrega de sus enormes bobinas de campo toroidal desde Japón y Europa. Estos componentes clave ayudarán al ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional) a replicar el poder del Sol y las estrellas.
Ubicado en Cadarache (Francia), ITER consta de 19 bobinas enormes conectadas en bucle a múltiples imanes toroidales, estaba programado para comenzar su primera prueba completa en 2025. Ahora los científicos dicen que se encenderá en 2039.
“El director general Pietro Barabaschi compartió el nuevo plan del proyecto: los objetivos no cambian, pero la primera fase experimental tendrá más impacto. Energía magnética total en 2036, operaciones de deuterio-tritio en 2039”, comunicó la colaboración internacional que sostiene el proyecto en su cuenta en X.
“Ciertamente, el retraso del ITER no va en la dirección correcta”, dijo previamente Barabaschi en una conferencia de prensa el 3 de julio. “En términos del impacto de la fusión nuclear en los problemas que enfrenta la humanidad ahora, no deberíamos esperar a que la fusión nuclear los resuelva. Eso no es prudente”.
El reactor de fusión nuclear más grande del mundo es el resultado de la colaboración entre 35 países, incluidos todos los estados de la Unión Europea, Rusia, China, India y Estados Unidos. El ITER contiene el imán más poderoso del mundo, lo que lo hace capaz de producir un campo magnético 280.000 veces más fuerte que el que protege a la Tierra. Toda esta capacidad está dirigida a reproducir de forma aprovechable en la Tierra la energía que alimenta el sol.
Originalmente programado para costar alrededor de 5.000 millones de dólares y comenzar a funcionar en 2020, ahora ha sufrido múltiples retrasos y su presupuesto superó los 22.000 millones de dólares, con otros 5.000 millones propuestos para cubrir costos adicionales. Estos gastos y retrasos imprevistos son la causa del retraso más reciente, de 15 años, informa LiveSicence.com.
ITER se basa en el concepto de “tokamak” de confinamiento magnético, en la que se contiene el plasma en una cámara de vacío con forma toroidal. El combustible -una mezcla de deuterio y tritio, dos isótopos del hidrógeno- se calienta a temperaturas superiores a los 150 millones °C, formando un plasma caliente.
Los fuertes campos magnéticos se utilizan para mantener el plasma lejos de las paredes, los cuales son producidos por bobinas superconductoras que rodean al contenedor, y por una corriente eléctrica impulsada a través del plasma. El problema reside en la enorme dificultad de comprimir el hidrógeno de un modo uniforme. En las estrellas la gravedad comprime el hidrógeno en una esfera perfecta de modo que el gas se calienta uniforme y limpiamente. En las condiciones del diseño del reactor esta uniformidad es muy difícil de alcanzar y constituye el principal reto del proyecto para producir energía de fusión.
Fuente: EUROPA PRESS