Una pequeña úlcera en la boca de unos milímetros puede llegar a ser lo suficientemente molesta para que quien lo sufre tenga dificultades para hablar, comer o lavarse los dientes. Las llagas aparecen de forma espontánea y comienzan siendo pequeñas irritaciones de color blanco, rodeadas de un área roja, que pueden alcanzar hasta los 8 milímetros.
Las aftas son las lesiones más frecuentes de la mucosa oral y las sufren tanto niños como adultos. Aunque suelen ser banales, en algunos casos más serios pueden estar acompañadas de una sintomatología específica, como dolor de cabeza, fiebre o diarrea. Si esto ocurre, se debe acudir a un profesional que identifique alguna afección subyacente.
Pese a que tienden a ser espontáneas, existen algunas causas latentes que favorecen su aparición, como explican los sanitarios de Clínica Sicilia. La más común es una bajada de las defensas o un déficit vitamínico, pues la falta de nutrientes esenciales como hierro, zinc, ácido fólico y vitaminas del complejo B debilitan el sistema inmunológico y afecta la capacidad del cuerpo para reparar los tejidos, facilitando el desarrollo de úlceras o aftas. Además, una dieta baja en frutas y verduras puede aumentar la inflamación y el estrés oxidativo, creando un entorno propicio para estas lesiones. La carencia de vitaminas y minerales no solo retrasa la cicatrización de las llagas, sino que también puede provocar su recurrencia.
Otros de los principales causantes de las aftas son el estrés o cierta predisposición genética, así como ciertos factores como sufrir algunas infecciones virales (como la gripe), lesiones orales (mordeduras o quemaduras), el roce con el aparato de la ortodoncia o los cambios hormonales durante el ciclo menstrual también favorecen las aftas.
Cómo se curan las llagas
Según la Clínica Sicilia, no existe un tratamiento concreto para la curación de las llagas. Sin embargo, algunos remedios caseros pueden ser más o menos efectivos para acelerar la cicatrización de la herida, así como para aliviar la irritación que provocan. Además, existen productos farmacológicos que pueden ayudar a ello.
- Enjuague de agua y sal. Es quizás el remedio más conocido, pues la sal tiene propiedades antisépticas y desinfectantes capaces de acelerar la cicatrización de la úlcera. Para ello, se debe diluir media cucharada de sal en agua y realizar gárgaras durante unos segundos hasta tres veces al día.
- Zumo de naranja. Aunque puede provocar algo de escozor al principio, es un buen aliado para aliviar la irritación.
- Leche de coco. Gracias a su alto contenido en vitamina C, el agua de coco también puede ayudar a curar las aftas.
- Manzanilla. Esta infusión puede calmar la irritación al mismo tiempo que protege la cavidad bucodental de infecciones.
- Miel. Sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias pueden acelerar la curación de la lesión y calmar el dolor.
- Yogur natural. Un yogur probiótico ayuda a equilibrar las bacterias en la boca, lo que puede facilitar la recuperación de las llagas.
La mejor manera de prevenir su aparición es cuidando la alimentación para asegurarnos de ingerir todos los nutrientes necesarios para nuestro organismo y llevando una adecuada higiene dental. También es importante evitar enjuagues bucales con un alto contenido en alcohol para reducir sus efectos.
Fuente: INFOBAE