Hora de salida en el colegio Julio César Tello en el distrito de Ate Vitarte, al este de Lima. Todo parecía seguir su curso con normalidad, cuando se escucharon tres balazos en la puerta. Los alumnos huyeron despavoridos mientras Julio Pacheco Pimentel, profesor de Comunicación social, yacía en el piso. Un aparente trabajador del Poder Judicial había preguntado por él en portería, y así había logrado ingresar al colegio. Una vez dentro, en cuanto tuvo cerca a Pacheco, le descargó el revólver. Luego escapó en una moto conducida por un cómplice.
Ate Vitarte es uno de los catorce distritos declarados en estado de emergencia por 60 días desde fines de septiembre. A pesar del notorio despliegue policial y militar, la escalada de homicidios por sicariato y cobro de cupos no ha cesado y, por tanto, ha desencadenado una profunda percepción de inseguridad que inició con una serie de atentados hacia las empresas de transporte. Este lunes, apenas un par de horas después del asesinato del profesor Pacheco, un chofer de la empresa Urano Tours fue baleado desde una moto lineal en Comas, otro distrito que ha sido reforzado por un contingente inusual de soldados y policías.
Casi a la par, en el distrito colindante de San Martín de Porres, otro sujeto, de 35 años, murió a balazos en el frontis de una tienda de lubricantes para autos. La víctima fue perseguida por una moto que no paró de disparar hasta acabar con él. Este martes, al mediodía, en Bellavista, Callao, un sicario montado en una bicicleta acribilló a Christopher Castañeda Alburqueque, quien se encontraba estacionado en su auto. Castañeda murió en el acto y el vehículo ocasionó un choque múltiple.
“No podemos decir que por un hecho que ha sucedido ahora no existen más resultados. Definitivamente, hay que investigarlo, porque ha sucedido dentro de un estado de emergencia, pero eso no significa en lo absoluto que no estemos teniendo ningún tipo de resultados”, dijo el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, refiriéndose al crimen del profesor Julio Pacheco Pimentel. El Ministerio de Educación decidió suspender las clases por tres días en el colegio Julio César Tello y, además, colocar un regimiento militar para custodiar la institución.
Medidas que para los padres de familia y los vecinos no sirven de mucho, pues el asesinato del maestro ya se consumó, y sus hijos continúan conmocionados, temerosos de asistir a clases y ser atacados por una bala perdida. “Viene solo para la foto. No queremos tu saludo. Queremos seguridad para todos. […] Ha tenido que haber un muerto para que todos vengan recién”, así cuestionó una madre al ministro de Educación, Morgan Quero. “A pesar de que estamos en estado de emergencia, no vemos la presencia de policías ni de militares; prácticamente no hay seguridad en ninguna parte. ¿Esto quiere Dina (Boluarte)? ¿Qué clase de educación va a haber en los colegios a consecuencia de este asesinato?”, reclamó otra madre.
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, señaló que incrementarán el número de agentes del orden, pero que ello no garantizará que no haya más crímenes. Y, además, tensó la cuerda al afirmar que renunciaría si eso bastara para solucionar la crisis. “(Que todavía haya asesinatos) no significa que no haya un plan. El plan está funcionando con miles de policías y miembros del Ejército. […] Van a seguir habiendo fallecidos, pero vamos a seguir redoblando esfuerzos para que eso no ocurra. […] Si fuera posible garantizar que dando un paso al costado ya no va a morir nadie en el Perú, lo haría en este instante”, dijo.
Los índices de asesinatos se han disparado en este 2024. De acuerdo al Sistema de Información de Defunciones (Sinadef) del Ministerio de Salud, hasta el 10 de octubre se han registrado 1.493 homicidios en el Perú, superando al año pasado, cuando ocurrieron 1.431 crímenes. Cinco personas mueren asesinadas cada día en el país presidido por Dina Boluarte. Desde el 2016, el 2024 es el segundo año con más homicidios, solo superado por los 1.516 casos en 2022. Con los últimos incidentes es bastante probable que bata aquella marca.
Entre las regiones más desbordadas por la delincuencia se ubica Lima con 638 homicidios en este año, le sigue La Libertad con 198, luego la provincia constitucional del Callao con 90 casos, después Piura con 81 e Ica con 67. Todas son regiones costeras. El primer ministro, Gustavo Adrianzén no descartó ampliar el estado de emergencia a otras zonas del país, y que las Fuerzas Armadas lideren el control interno. “Si llega a ser necesario, tendremos que evaluar la posibilidad de que las Fuerzas Armadas tomen el control interno. Es un hecho que no descartamos”, dijo. En la puerta del colegio donde el docente fue ultimado enfrente de sus alumnos han dejado flores y velas.
Fuente: EL PAÍS