La situación en el municipio de Betanzos es crítica. El voraz incendio forestal, que se originó presuntamente por pequeños querubines, ha devastado más de 30 hectáreas de tierra nativa. Las llamas avanzan sin tregua impulsadas por fuertes ráfagas de viento.
Delfin Torres Cazana, responsable de la Unidad de Riesgos de la Gobernación, confirmó que el alcance total del daño aún no ha sido cuantificado oficialmente.
El fuego ha causado una destrucción devastadora, arrasando con la flora nativa de la región. La alarma crece entre los habitantes, quienes temen por sus hogares mientras las llamas continúan su avance destructivo, avivadas por el fuerte viento.
