Una escena de tensión se desató en el socavón Carlos V del Cerro Chico, Potosí, cuando cuatro jóvenes delincuentes irrumpieron en la casilla de vestuarios de la cooperativa minera. Armados con descaro, los adolescentes de 18 y 19 años se apoderaron rápidamente de celulares, dinero y hasta la dignidad de los trabajadores que a diario arriesgan sus vidas en las profundidades de la mina.
La alarma sonó cuando uno de los mineros, fiel guardián de su entorno, notó movimientos sospechosos. Sin dudarlo, alertó a sus compañeros que, con determinación y valentía, atraparon a los jóvenes delincuentes en pleno escape. Ante el temor de que los ladrones evadieran la justicia, fueron inmovilizados, atados como señal de advertencia a un poste de energía cercano. El informe fue confirmado a Kollasuyo por el subdirector de la Felcc, capitán Rolando Cazas.
