Vinicius Skulny, joven promesa del fútbol brasileño llevaba desaparecido desde el 25 de junio. La cabeza no ha sido encontrada
El mundo del fútbol está de luto. El joven jugador de 19 años Hugo Vinicius Skulny Pedrosa ha sido encontrado descuartizado y decapitado en el río Igautemi de Sete Quedas, en el estado de Mato Grosso, en Brasil. Era una de las grandes promesas del fútbol brasileño.
El delantero del Sete Quedas desapareció el pasado 25 de junio tras asistir a una fiesta con sus amigos. Una vez que terminó la fiesta, sus amigos lo dejaron en la casa de su novia, pero luego se le perdió la pista. Su abuela, con quien vivía el joven jugador, habló con él la noche de su desaparición y no notó nada extraño. A la mañana siguiente, su madre lo denunció como desaparecido y las fuerzas de seguridad procedieron a su búsqueda.
Tras varios días de incertidumbre, los restos del joven brasileño fueron encontrados en el río, específicamente, la cadera, el torso y el muslo. La cabeza aún no ha aparecido, a pesar de que la búsqueda aún no ha terminado.
La inspectora jefe de la policía civil, Lucelia Constantino, ha confirmado que hay un detenido por el crimen, una ex novia del jugador, y que falta por encontrar la cabeza del joven. Sin embargo, han podido identificar el cuerpo de Hugo Vinicius Skulny Pedrosa por un tatuaje que se hizo en memoria de su difunto padre. Las partes del cuerpo fueron trasladadas al Instituto de Medicina Legal y Odontología (IMOL) para su posterior análisis.
La Policía tras las primeras investigaciones afirmó que el futbolista probablemente fue víctima de un crimen pasional, subrayando que fue asesinado de tres tiros y que luego el cuerpo sería descuartizado en pequeños pedazos con una sierra eléctrica y una sierra de cinta.
“La joven de 21 años [ex pareja de Hugo Vinicius es un elemento clave para que se esclarezca el caso. El jugador se presentó en su casa y allí fue ejecutado, puede tener algún tipo de implicación en el crimen”, ha asegurado la responsable de la investigación en el portal brasileño G1, del grupo Globo.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA