Si hay una infinidad de galaxias y planetas en el universo, ¿por qué hasta ahora, pese a todos nuestros esfuerzos y avances tecnológicos, no hemos encontrado ni un rastro de vida inteligente fuera de la Tierra? A esa aparente contradicción entre la falta de evidencia de vida extraterrestre y un universo que debería estar repleto de esta se la conoce como la paradoja de Fermi.
Dicho contrasentido fue postulado en 1950 por el físico italiano Enrico Fermi, ganador del premio Nobel de Física de 1938, a partir de una sencilla y profunda pregunta a sus compañeros: “¿Dónde están todos?”. Más de siete décadas después, seguimos escuchando un silencio cósmico, pero que todavía despierta entusiasmo en la ciencia.
Ahora, un grupo de astrónomos ha recogido la paradoja de Fermi y ha ofrecido una hipótesis un tanto desgarradora: no hallamos ninguna civilización inteligente extraterrestre, puesto que todas ellas tienden a autodestruirse.
La teoría del ‘gran filtro’
La explicación propuesta por el grupo de científicos, liderado por Jonathan H. Jiang y Kristen A. Fahy, astrofísicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (varón y mujer, respectivamente), se enmarca en una famosa teoría conocida como el ‘gran filtro’, la cual postula que toda forma de vida en el universo se enfrenta a alguna barrera para su propia supervivencia.
Dicho obstáculo puede ser un factor externo, como la caída de un meteorito en el planeta habitable, o uno interno, como el desarrollo tecnológico que pueda derivar en la destrucción de una sociedad desde sus entrañas.
“Postulamos que una catástrofe existencial puede estar al acecho a medida que nuestra sociedad avanza exponencialmente hacia la exploración espacial, actuando como el ‘gran filtro’: un fenómeno que aniquila a las civilizaciones antes de que puedan encontrarse entre sí, lo que puede explicar el silencio cósmico”, señala la investigación.