Ya pronosticó que el año 2020 sería atroz
En medio de la efervescencia política y social que caracteriza estos tiempos, el científico y escritor Peter Turchin ha lanzado un libro que, sin recurrir a los típicos elementos del género de terror, ha logrado poner los pelos de punta de muchos lectores. Su obra, titulada Final de partida: élites, contraélites y el camino a la desintegración política, se presenta como una advertencia escalofriante sobre el futuro político de Estados Unidos y, por extensión, del mundo occidental.
Turchin, de 66 años de edad, es el fundador de un nuevo campo transdisciplinario, la cliodinámica (por Clío, musa de la historia). Una disciplina que mezcla la historia con las matemáticas para determinar cómo evolucionan las sociedades. Mediante complejos análisis estadísticos de datos previos a las caídas de grandes imperios, puede predecir el próximo colapso de una civilización.
Hace una década predijo que 2020 sería atroz y ahora señala a la desigualdad, el empobrecimiento y la deuda como causas de una fractura fatal.
El mérito de Turchin radica en su habilidad para generar inquietud mediante una exposición histórica rica en referencias y el uso de la cliodinámica, que proporciona una visión aterradora de los posibles escenarios que podrían desarrollarse en los próximos años.
Turchin, que, por cierto, creció en la Unión Soviética y es también doctor en Zoología por la Universidad de Duke, sugiere que la situación política y social, ya complicada, empeorará significativamente en 2024. Aunque su enfoque se centra en Estados Unidos, el autor advierte que Europa no está exenta de los riesgos que plantea su análisis. Las predicciones más inquietantes incluyen la posibilidad de una guerra civil o, como mínimo, un colapso institucional con disturbios inevitables.
Es importante destacar que Turchin es un científico riguroso que trabaja en la emergente disciplina de la cliodinámica, que utiliza grandes conjuntos de datos históricos para predecir el comportamiento de sociedades complejas. Sin embargo, algunos críticos plantean la cuestión de la fiabilidad de los datos históricos, señalando las limitaciones inherentes a la recopilación de información en diferentes épocas y lugares. Él insiste en que su trabajo no se basa en intuiciones ni conjeturas, sino en un sofisticado modelo matemático que procesa datos de los últimos 10.000 años de historia del género humano y los somete a un exhaustivo análisis cuantitativo y cualitativo para tratar de identificar patrones significativos.
Turchin sostiene que las sociedades complejas están sometidas a ciclos de alrededor de doscientos años, alternando entre períodos de estabilidad y turbulencia cada cincuenta o sesenta años. Estados Unidos y el mundo occidental, según su análisis, han ingresado en uno de estos períodos turbulentos que, históricamente, culminan en situaciones explosivas.
El núcleo de la teoría de Turchin se basa en la relación entre el Estado, las élites que lo controlan y el pueblo. Cuando estas fuerzas mantienen un equilibrio frágil pero beneficioso para ambas partes, la paz es posible. Sin embargo, la inestabilidad se convierte en una amenaza constante, especialmente en sociedades abiertas y democráticas. La sobreproducción de élites y el empobrecimiento de la población son, según Turchin, los ingredientes que históricamente han llevado al colapso de sociedades.
La comparación que realiza entre la situación actual de Estados Unidos y la Rusia de principios del siglo XX, que culminó en la Revolución Rusa, añade un matiz alarmante a su análisis. Destaca que las revoluciones a menudo son lideradas por intelectuales frustrados que han visto cerrados sus caminos hacia la élite. En este sentido, advierte que la situación en Estados Unidos podría ser especialmente peligrosa, ya que los revolucionarios podrían emerger de la derecha política.
El libro también aborda el papel crucial de las contraélites, aquellos aspirantes a la élite que se rebelan contra el status quo. Según Turchin, la historia demuestra que son estas contraélites las que dirigen a las masas en tiempos de crisis, lo que plantea la posibilidad de una guerra civil en Estados Unidos.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA