“Internet no fue diseñado para soportar este nivel de interferencia en las comunicaciones, por ello se considera un tipo de infraestructura muy débil”, Peter Becker, de la Universidad George Manson.
Cada once años se repite un ciclo solar de alta actividad. Y, de acuerdo con todas las agencias espaciales, hemos entrado de lleno en uno de ellos. Las tormentas solares que provocaron las auroras boreales (y la atención) del público y los expertos no han hecho más que comenzar. Pero ¿cuál es su peligro verdadero? Para muchos internet sería uno de los eslabones más débiles.
Un equipo de científicos de la Universidad George Mason recibió una subvención federal de unos 13 millones de euros para estudiar y comprender mejor el aumento de la actividad solar que “podría causar un apocalipsis de Internet”, según el comunicado, que interrumpa todas las comunicaciones electrónicas en la Tierra, incluidas comunicaciones por satélite.
La investigación incluirá extracción de datos, análisis mediante IA y modelado científico de última generación, entre otros. Según los términos del contrato, la universidad brindará apoyo científico para una amplia gama de actividades relacionadas con la astronomía que son de interés para la Marina de los EE. UU. y la nación en general.
“La atención se centra principalmente en la actividad solar y la forma en que puede afectar los sistemas de la Tierra – explica el líder del proyecto, Peter A. Becker, profesor del Departamento de Física y Astronomía – . Esto es especialmente importante para la Marina (y más ampliamente para el Departamento de Defensa) porque los estallidos de alta energía del Sol pueden tener un fuerte impacto negativo en las comunicaciones terrestres por radio e Internet. Y también pueden tener un efecto perjudicial sobre los sistemas de navegación y las redes energéticas de la Tierra”.
Esta actividad violenta incluye ráfagas de radiación, electrones de alta velocidad, protones y otras partículas altamente energéticas que se lanzan al espacio y pueden alterar las comunicaciones de las que dependemos en gran medida, no solo para obtener información, sino también para la economía.Y el problema es que gran parte de esta actividad puede llegar a la Tierra en menos de un día y casi no habría tiempo para reaccionar.
Se espera que las tormentas solares violentas sean más frecuentes y más severas en los próximos 10 años, añade el comunicado, y tienen el potencial de interferir gravemente con los transmisores de radio, la navegación y el GPS, las operaciones y comunicaciones por satélite y la red eléctrica. Ser capaz de advertir de manera más efectiva sobre sus ocurrencias ayudará a proteger mejor al público y nuestra infraestructura.
“Internet simplemente no fue diseñado para soportar este nivel de interferencia en las comunicaciones y, en consecuencia, se considera un tipo de infraestructura muy débil – añade Becker-. Por lo tanto, el período comprendido entre 2024 y 2028 es un momento en el que toda Internet podría quedar inactiva durante un período de semanas o meses en caso de una erupción solar realmente extrema”.
Claro que esta es una opinión, ¿cuál es la de la NASA o la ESA? ¿Y la de otros expertos? “Vamos a tener muchas más tormentas de este tipo, categoría G4 y G5 – explica Jack Brewster, de la Universidad de Furman -. Y es entonces cuando realmente es hora de empezar a preocuparse. No tenemos forma de mitigar estos efectos. El máximo solar llegará en 2025. Si una tormenta G4 o G5 golpea la Tierra, posiblemente podría tener un impacto significativo en las comunicaciones, inhabilitando temporalmente las redes de teléfonos móviles y satélites y el acceso inalámbrico a Internet. Un escenario así podría crear un desastre sin precedentes para la sociedad moderna, potencialmente desencadenando una recesión mundial”.