Sube la presión arterial, se produce un aumento de la frecuencia cardiaca, la respiración se acelera cada vez más y, finalmente, el cuerpo libera la tensión acumulada. Así se produce un orgasmo. “Algunos lo describen como una explosión de placer, pero cada cuerpo lo puede experimentar de una forma diferente”, asegura Ana García, psicóloga sexóloga especializada en Terapia de pareja y terapia sexual..
Para ella, la experiencia es totalmente subjetiva y depende de factores tanto físicos como psicológicos. “Estos pueden ir desde la estimulación física, las emociones, las circunstancias de cada persona hasta los factores ambientales”, afirma García. Según la sexóloga y psicóloga especialista en Terapia de Pareja del Instituto Centta, Silvia Cintrano, a nivel físico un orgasmo es siempre igual, es decir, es el reflejo involuntario que se tiene cuando el cuerpo entiende que tiene que liberar toda la tensión sexual acumulada. No obstante, se puede obtener de múltiples maneras.
“En las mujeres suele venir acompañado de contracciones musculares en útero, vagina y recto, y en ocasiones de otras partes del cuerpo. Además, puede aparecer la desconocida eyaculación femenina en mayor o menor grado, que no es de otra cosa que un líquido transparente compuesto por diferentes sustancias como los antígenos prostáticos, enzimas, glucosa y fructosa segregado por las glándulas de Skene. En los hombres se produce contracción en el pene, la uretra y el esfínter, y suelen eyacular”.
La sensación de liberación repentina viene acompañada en las mujeres de entre tres y 15 espasmos musculares en los genitales espaciados cada 0,8 segundos. En los hombres, dicha liberación suele acompañarse con la aparición de la eyaculación, no en forma de flujo constante, sino impulsada por entre tres y 8 “ráfagas” llamadas sacudidas, comenta la experta. Por lo general, el orgasmo masculino dura como máximo 10 segundos, y el femenino puede prolongarse unos segundos más. Una vez esto ocurre se pasa a la llamada fase de resolución. “En este momento, todo el organismo vuelve a la fase inicial de reposo: vuelve el ritmo respiratorio y cardiaco habitual y la presión arterial se restablece”.
Fuente: EL PAÍS