Bolívar lo ganaba por 4 goles a 2 cuando se cumplió los 90. El Tigre metió dos tantos en tiempos de descuento y arañó un punto. Ambos equipos volverán a verse las caras en dos semanas, en lo que promete ser otro partido de locura.
De locos. Bolívar lo ganaba por 4 a 2, pero el Tigre metió dos goles en tiempos de descuento y el clásico terminó empatado.
Fue un partido disputado. Bolívar tuvo – pocos- momentos de más dominios y se mostró letal en ofensiva. El Tigre, en cambio, pagó los cambios dispuestos en su onceno, pero apeló a su garra para sumar, al menos un punto.
Los primeros minutos del partido fueron bien disputados. Bolívar sacó rédito de su presión alta y la imprecisión del Tigre en salida.
De hecho, a los de Achumani les costaba cruzar medida cancha con pelota dominada y lo terminó pagando. A los 22 minutos, Bolívar ganó un tiro de esquina a favor y Da Costa se elevó por encima de todos para cabecear el balón y anotar el primero ante un sorprendido Guillermo Viscarra.
Era un gol merecido, que hizo que el Tigre reaccione y busque asumir mayor protagonismo. Así, empezó a generar oportunidades siempre a la batuta de Michael Ortega.
El colombianos, precisamente, recuperó el balón en salida y habilitó a Amoroso, quien sin oposición y solo frente al arco desvió su remate.
Era un aviso que se concretó a los 29. El propio Michael Ortega ejecutó un tiro libre desde el costado izquierdo del ataque atigrado y sorprendió a todos al rematar al arco en lugar de tirar el centro. Carlos Lampe no pudo volver a su posición y el balón se introdujo en el arco para el empate.
Con el empate a un gol, el partido se volvió aún más parejo y no fue sino hasta el final que tuvo una nueva emoción.
El Tigre perdió el balón en ataque y Bolívar ejecutó un rápido contragolpe. Da Costa – habilitado, al parecer, por milímetros- desbordó por su ataque derecho y lanzó un centro raso que encoentró a Ramiro Vaca totalmente solo. El habilidoso volante no falló frente a Viscarra y anotó el segundo – tras una larga revisisón del VAR-.
El complemento, a diferencia del primero, empezó con un total dominador. Bolívar se mostró superior gracias al gol que anotaron en el epílogo de la etapa inicial y aprovechó eso envión anímico.
La Academia fue totalmente superior los primeros 20 del complemento y lo reflejó en el marcador a los 50, cuando una buena jugada individual terminó con un golazo de Carmelo Algarañaz.
El marcador, y el juego en sí mismo, hacían presagiar que Bolívar podía aumentar su ventaja. El Tigre no hacía pie y no lograba inhalar jugadas ofensivas, pero un paro de cambios le dieron un nuevo aire.
Las entradas del mexicano Leonardo López y de Rodrigo Ramallo lograron que el Tigre salga del acecho celeste, además que Bolívar también bajó el ritmo.
Así, a los 66 minutos el propio Ramallo logró vencer a Lampe con un remate cruzado y logró volver a “poner en partido” a los de Achumani.
El gol fue un empujón para el Tigre, que nuevamente empezó a buscar ser protagonista del encuentro, aunque careció de oportunidades claras.
Además, el Tigre recibió un balde de agua fría a los 74. Cuando después de una serie de rebotes José Sagredo anotó el cuarto tanto. No sin polémica, pues la pelota le rebotó claramente en el brazo antes de rematar. El árbitro, Jordi Alemán, fue a revisar el VAR y confusamente convalidó el gol. Era el 4-2.
Parecía que ahí el Tigre bajaba los brazos y Bolívar decidió ceder el control del encuentro a su rival. Además, hizo cambios para cerrar el partido – como la salida de Ramiro Vaca por Fernando Saucedo-, pero no imaginaba lo que se le venía.
Y es que el partido ya estaba en tiempo de descuento y ahí apareció la garra del Tigre, A los91, Ursino encontró el balón en el área grande y con un remate cruzado y raso – calcado al de Rodrigo Ramallo- volvió a vencer a Lamp4e. Era el 4-3 y quedan 4 minutos de infarto.
Bolívar de lamentarse cuando llegó el empate, solo 3 minutos después. Bruno Miranda – otro jugador que entró el segundo tiempo- lanzó un centro y Enrique Triverio practicó una media chilena. El balón se iba afuera, pero se desvió en Bentaberry para introducirse al arco de Carlos Lampe. Un empate de locura.
Empero, no terminó ahí. A la jugada siguiente, Un pelotazo largo estuvo a punto de ser aprovechado por Da Costa, que ya se veía solo frente a Viscarra, pero Jusino logró puntear la bola para mandarla al córner.
No hubo tiempo para más, y el primer clásico paceño del año acabó con un resultado de infarto. Ambos equipos volverán a verse las caras en dos semanas, en lo que promete ser otro partido de locura.
Fuente: OXÍGENO.BO