Un estudio analiza cómo es el nivel en sangre de hierro, glucosa, creatinina y otros marcadores en las personas centenarias
La longevidad está en aumento. En la actualidad, alcanzar los 100 años de vida ya no es un logro tan extraordinario como lo era en épocas pasadas. En las últimas décadas, hemos sido testigos de un notable incremento en el número de personas que celebran su centenario. Por ejemplo, en Estados Unidos, la proporción de centenarios ha experimentado un ascenso significativo, pasando de un modesto 0,014% en el año 2000 a un sólido 0,025% dos décadas más tarde, según revelan datos de la prestigiosa División de Población de las Naciones Unidas.
Pero no hace falta irse muy lejos: la persona más longeva del mundo en la actualidad es la española María Branyas, que el próximo 4 de marzo podría cumplir 117 años. En España, la población con más de 100 años ha aumentado un 76% en la última década, según el INE. Ahora bien, ¿cuál es el secreto de estas personas excepcionales que alcanzan tal longevidad?
La hipótesis predominante sugiere que aquellos que celebran un siglo de vida poseen la habilidad de retardar los signos del envejecimiento. En otras palabras, existe una creencia generalizada entre los investigadores de que aquellos que disfrutan de una vida más prolongada desarrollan enfermedades crónicas en etapas más avanzadas de su ciclo vital, de forma más cercana al final de sus días. Pero, ¿por qué? ¿Qué hay en su sangre que puede no haber en la nuestra y qué podemos intentar aplicar?
Desentrañar este enigma ha sido un desafío enorme. El principal problema es la escasez de investigaciones centradas en analizar el plasma grandes grupos de centenarios, que a menudo excluyen a aquellos que residen en residencias de ancianos. Afortunadamente, un estudio reciente ha arrojado luz sobre este tema.
El trabajo fue llevado a cabo por el Instituto Karolinska, una entidad médica universitaria ubicada en Solna, cerca de Estocolmo, Suecia. Se trata de uno de los principales centros educativos universitarios del mundo en el campo de la medicina. Desde allí, se siguió a una muestra de 44.000 individuos suecos. El grupo incluyó 1.224 centenarios, que representaron un 2,7% de la población estudiada.
El nivel de glucosa o la creatinina, dos claves de la longevidad
Para identificar qué distingue a los centenarios del resto de personas, los investigadores examinaron 12 marcadores sanguíneos relacionados con la inflamación, el metabolismo, la función hepática y renal, así como con la desnutrición y la anemia. Todos ellos han sido vinculados por estudios previos al proceso del envejecimiento.