La Paz, 4 de enero (René Quenallata, Xinhua).- Bolivia cerró el 2023 con estabilidad de precios, una importante dinámica económica y un pronóstico de crecimiento optimista, en un contexto global adverso y en medio de pugnas políticas internas, lo que avizora un panorama complejo en 2024, según analistas y funcionarios.
El Gobierno de Bolivia y expertos coinciden en que el próximo año será complicado por el temprano proceso proselitista de cara a las elecciones presidenciales programadas para 2025.
El analista económico Martín Moreira refirió a Xinhua el comportamiento económico de Bolivia, respaldado en sus principales indicadores macroeconómicos y el Modelo Económico Social Comunitario Productivo.
A decir del experto, este modelo ha sido calificado como “motor” para enfrentar crisis internacionales y promover tanto la economía interna como el comercio exterior.
Moreira apuntó que el país estuvo bajo la sombra del neoliberalismo económico durante más de dos décadas, una política con mínima intervención estatal que otorgaba prioridad al mercado con resultados desfavorables.
Refirió que tanto la región de Sudamérica como el mundo atraviesan dificultades económicas y políticas significativas, con conflictos bélicos y graves impactos sociales, además de los desastres climáticos por el calentamiento global que se han convertido en parte de la realidad actual.
Pero a pesar de estos desafíos, Moreira enfatizó que la nación sudamericana encuentra vías para continuar su crecimiento económico y se proyecta como uno de los países con mejor desempeño en la zona.
A su vez, el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, destacó el crecimiento del 2,21 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) durante el primer semestre del año, impulsado en gran medida por la fuerte demanda interna. “Bolivia está consolidando su regreso al crecimiento económico, avanzando en el proceso de reconstrucción iniciado en noviembre de 2020, cuando comenzó el Gobierno de Luis Arce, luego de un año de crisis económica”, manifestó.
En sentido similar se expresó la viceministra de Comunicación y portavoz gubernamental, Gabriela Alcón, al señalar que Bolivia cierra el 2023 entre las principales economías de la región, a pesar de un contexto económico global incierto y los ataques políticos internos.
“Mantuvimos la estabilidad con buenas perspectivas macroeconómicas a pesar de factores internacionales desfavorables, así como intentos de boicot para mostrar indicadores negativos”, sostuvo.
“Logramos controlar la inflación con políticas gubernamentales”, refirió la viceministra boliviana, al recordar datos oficiales que sitúan al país como el segundo con menor incremento de precios en alimentos en la región.
Por su parte, el economista Gary Rodríguez expuso a Xinhua que el escenario económico y político que se vislumbra para Bolivia en 2024 es incierto. Consideró que la incertidumbre es por una “frágil gobernabilidad” marcada por las posiciones legislativas, a lo que se suma la prematura campaña de los candidatos presidenciales.
Rodríguez enfatizó que la disputa interna dentro del partido en el poder se manifiesta en el ámbito de la gobernabilidad, lo que puede impactar de manera negativa en los indicadores macroeconómicos y la estabilidad. “La gobernabilidad dependerá, en gran medida, de que el Gobierno y la bancada legislativa del presidente Luis Arce desplieguen capacidades de diálogo para mantener la estabilidad económica y política”, dijo.
El Gobierno de Bolivia proyecta un crecimiento del PIB de 3,7 por ciento para 2024 y una inflación bajo control del 3,6 por ciento, así como la continuidad en el subsidio a alimentos e hidrocarburos.
El Banco Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectan a su vez que Bolivia se posicione entre los países de la región con mayor crecimiento en 2024.
Fuente: URGENTE.BO