La contaminación por metales pesados, la erosión costera y la intrusión de agua marina ya suponen una amenaza existencial para el delta del Nilo y la forma de vida de 60 millones de egipcios.
Es la conclusión de una nueva investigación de la Escuela de Ingeniería Viterbi de la USC (University of Southern California), que también subraya que el delta del Nilo es una escala crítica para las aves migratorias en su viaje por la ruta migratoria de África Oriental. El estudio se publicó en la revista Earth’s Future.
USO INTENSIVO DE AGUAS RESIDUALES
El impacto de la contaminación es especialmente pronunciado en Egipto, la nación más poblada y árida aguas abajo del Nilo, que depende totalmente del río como única fuente de agua para beber y regar sus cultivos. El país se enfrenta actualmente a uno de los déficits presupuestarios de agua más elevados de África tras décadas de compensar la disminución de las reservas de agua con una reutilización intensiva y a gran escala de las aguas residuales, cuyas consecuencias no se habían estudiado suficientemente hasta ahora.
“Hoy, la civilización que prosperó en un paisaje acuático escénico durante más de 7.000 años debe enfrentarse a la realidad de esta degradación medioambiental irreversible a gran escala”, explica Heggy.
Para el estudio, investigadores de EE.UU. y Egipto analizaron el tamaño del grano y los niveles de contaminación de ocho metales pesados en muestras de sedimentos del fondo recogidas en dos ramales del delta del río Nilo.
Las principales conclusiones fueron las siguientes:
– Los sedimentos del fondo del río Nilo están muy contaminados por metales pesados como cadmio, níquel, cromo, cobre, plomo y zinc.
– Los contaminantes proceden principalmente del drenaje agrícola sin tratar y de las aguas residuales municipales e industriales. Sin un tratamiento adecuado del agua reciclada, las concentraciones de metales pesados aumentan y se incrustan permanentemente en el lecho del río, a diferencia de los contaminantes orgánicos que se degradan de forma natural con el tiempo.
– Las concentraciones de metales pesados podrían verse exacerbadas por el aumento de las presas en el Nilo. Las mega-represas construidas aguas arriba interrumpen el flujo natural del río y el flujo de sedimentos y por lo tanto afectan negativamente a su capacidad para expulsar los contaminantes hacia el Mar Mediterráneo, dejando que las toxinas se acumulen en el sedimento del fondo con el tiempo.
Según los investigadores, gran parte de la contaminación por metales pesados es irreversible, pero las medidas de conservación con base científica sugeridas por el estudio pueden frenar la degradación ambiental y, con suerte, recuperar el ecosistema del delta del río Nilo.
“El agravamiento de la escasez de agua y el rápido crecimiento de la población en Egipto, que supera los 100 millones de habitantes, han puesto a las autoridades locales ante el dilema de si proporcionar suficiente agua dulce al sediento sector agrícola para garantizar el suministro de alimentos mediante la reutilización del agua de drenaje agrícola no tratada o preservar la salud del río Nilo”, afirma Abotalib Z. Abotalib, investigador postdoctoral de la USC Viterbi y coautor del estudio. “El equilibrio es difícil, y las consecuencias de ambas opciones son mensurables”.
“Nuestro estudio subraya la necesidad de seguir investigando sobre las repercusiones medioambientales del reciclado de aguas no tratadas y el cambio en la turbidez del río bajo un mayor represamiento aguas arriba del Nilo”, afirmó Heggy.
“La continuación de la investigación con más campañas de muestreo en esta área podría informar futuras conversaciones y colaboraciones entre las naciones de la cuenca del Nilo, que tienen un interés compartido hacia el mantenimiento de un sistema saludable del río Nilo.”
Fuente: Europa Press