La cápsula estimula el colon con movimientos suaves y es eliminada de forma natural por el cuerpo a través de las heces
Las personas que padecen estreñimiento crónico tienen una nueva opción libre de medicamentos para aliviar y combatir este incómodo y doloroso síntoma. Se trata de una cápsula del tamaño de una pastilla normal, que en lugar de liberar sustancia química en el organismo, vibra para estimular el colon.
Las cápsulas, llamadas Vibrant Gastro, fueron aprobadas por la Administración de Alimentos y Fármacos de EEUU (FDA, en inglés) el agosto pasado, pero están disponibles para que los médicos las receten a partir de esta semana. Según los resultados arrojados por el ensayo clínico que ha llevado a su aprobación, el método logró producir al menos un movimiento intestinal adicional cada semana con el uso diario en un 41% de los participantes.
Entre el 10 % y el 20 % de los españoles viven con estreñimiento, según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo. Se trata de un síntoma que es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres, afectando así mismo más a los mayores de 65 años. El rango de normalidad para acudir al servicio oscila entre tres veces a la semana y tres veces al día. Cuando la frecuencia es menor de tres deposiciones semanales o existe dificultad para expulsar las heces, siendo estas secas y duras, se habla de estreñimiento.
El nuevo tratamiento contra el estreñimiento consiste en tomar una de estas pastillas todos los días antes de dormir. La píldora viaja por la misma ruta que los alimentos, a través del estómago y el intestino delgado, y finalmente llega al intestino grueso unas 14 horas más tarde de su ingestión y, una vez allí, comienza a hacer su efecto, según informaciones de la cadena CNN.
Esta pastilla vibradora, que se activa con una especie de cargador antes de ser ingerida, estimula células nerviosas especializadas en el intestino llamadas células mecanosensoriales que ayudan a desencadenar la peristalsis, las contracciones musculares ondulantes que ayudan a trasladar los alimentos a las diferentes estaciones de procesamiento del tracto digestivo.
Una vez que es tragada, está activa durante dos horas, luego se detiene unas seis horas y se vuelve activar durante otras dos horas. “Produce pequeñas vibraciones durante tres segundos mientras está encendida, luego permanece tres segundos apagada”, añade Cathy Collis, directora comercial de Vibrant Gastro, empresa con sede en Israel y oficinas en los Estados Unidos. La cápsula se elimina de forma natural por el cuerpo a través de las heces.
La investigación para su posterior aprobación al mercado se basó en un pequeño ensayo clínico, que involucró a 349 personas con estreñimiento crónico. Los participantes se dividieron en dos grupos: 200 que tomaron las cápsulas vibratorias todos los días durante ocho semanas y 149 que se tragaron una píldora similar que no vibraba.
Los participantes que ingirieron las píldoras Vibrant informaron de que podían ir al baño con más frecuencia en comparación con las que no recibieron las cápsulas activas. Alrededor del 40 % del grupo que tomó las pastillas tuvo al menos una evacuación intestinal adicional a la semana, en comparación con el 23 % del grupo del placebo. También informaron heces más blandas y menos hinchazón. El porcentaje de pacientes que informaron dos o más evacuaciones intestinales adicionales cada semana fue del 23 % en el grupo que tomó las píldoras Vibrant y de alrededor del 12 % en el grupo que tomó el placebo.
Según el doctor Eamonn Quigley, jefe de gastroenterología del Hospital Metodista de Houston que participó en el ensayo, el grado de alivio con las cápsulas Vibrant parece ser similar al de los medicamentos recetados para el estreñimiento. Además, las personas que tomaron las cápsulas no informaron de eventos adversos graves, como obstrucciones intestinales. Se informaron más efectos secundarios digestivos en el grupo placebo que en el grupo Vibrant: 9,4 % frente a 6,5 %, respectivamente. Solo dos personas que tomaron las cápsulas Vibrant reportaron diarrea.
Para obtener la aprobación de la FDA, Vibrant también tuvo que demostrar que no había materiales tóxicos en las píldoras y que podían resistir, por ejemplo, la fuerza de una mordedura en caso de que alguien las mordiera accidentalmente. Además, demostró que las cápsulas no presentaban ciertos riesgos, como infecciones, irritaciones en los tejidos o interferencias con otros dispositivos electrónicos. Al igual que las lentes de contacto y las jeringuillas, la FDA los considera dispositivos médicos de clase 2, lo que significa que conllevan un riesgo intermedio de daño para el usuario.
Fuente: LA RAZON ESPAÑA