Por supuesto, que les llamemos
lluvias de estrellas no significa que sean estrellas, se trata de meteoroides más o menos grandes que irrumpen en nuestra atmósfera y entran en combustión mientras caen, consumiéndose antes de llegar al suelo.
Si ocurren regularmente todos los años, irradiando cada una siempre desde un mismo punto del cielo, es porque la mayoría se trata de la estela de partículas que ha dejado un cometa a su paso y que, cada 12 meses, nosotros atravesamos, como quien pasa bajo la alcachofa de la ducha.e las
Perseidas son las más famosas, ya vemos que no son las únicas, de hecho, hay incluso más de las que hemos indicado nosotros.
La popularidad de las lágrimas de San Lorenzo se debe a que es de las más espectaculares del hemisferio Norte y que ocurre en verano, cuando la gente está dispuesta a salir en plena noche a mirar el cielo. Sin embargo, si conseguimos pertrecharnos con un buen abrigo, las Cuadrántidas de enero no se quedan atrás. Hay todo un cielo que explorar.
Habrá cometas
- 1 de febrero: C/2022 E3 (ZTF)
- 26 de septiembre: 103P/Hartley
- 21 de octubre: 2P/Encke
- 24 de diciembre: 62P/Tsuchinshan
Todos hemos visto imágenes de algún cometa, pero parece que todavía hay cierta confusión sobre lo que son. Los cometas, a diferencia de asteroides y meteoroides, están compuestos, sobre todo, por hielo y polvo y en todo caso alguna roca. Esto les ha dado el mote “nieve sucia”. Son estas sustancias las que se van desprendiendo del cometa en dos colas, una a lo largo de su trayectoria, la otra en dirección contraria al Sol, al ser empujadas sus partículas por los fotones de luz que “dispara” nuestro astro rey. Una última diferencia es que los cometas suelen venir de la nube de Oort, mucho más lejana que el cinturón de asteroides.
Todo esto se traduce en que sean más brillantes y vistosos que los cometas y menos efímeros que las estrellas fugaces. Por desgracia, no todos estos cometas serán igualmente visibles. Dependerá de dónde vivamos dentro del hemisferio norte, si más al norte o más al sur y casi todos requerirán algo más que nuestro ojo desnudo para que consigamos distinguirlos en la lejanía. La parte positiva es que un par de binoculares serán más que suficientes y, en el caso de, a excepción de C/2022 E3 (ZTF), para ninguno requeriremos telescopio, un par de prismáticos parecen ser más que suficientes.
Cuatro eclipses para elegir
- 20 de abril: eclipse solar híbrido (anular, parcial y total)
- 5 de mayo: eclipse lunar penumbral (poco perceptible)
- 14 de octubre: eclipse solar anular
- 28 de octubre: eclipse lunar parcial
Los eclipses no son otra cosa que alineaciones del Sol, la Luna y la Tierra. Cuando el orden es este, la Luna oculta el brillo del Sol en pleno día produciendo un eclipse solar. Cuando se coloca la Tierra entre el Sol y la Luna, se produce un eclipse lunar al bloquear la luz del sol que solemos ver reflejada en la Luna, dándole al satélite un tono rojizo en plena noche. En función de la perspectiva estarán más o menos alineados, siendo totales o parciales, esto es: tapando más o menos la luz del Sol.
Esto último significa que, desde algunos puntos del globo serán más o menos parciales o, incluso, ni siquiera podrán verse. De los cuatro que viviremos durante este año, solo dos serán visibles desde algunas partes de España: el del 5 de mayo y el del 28 de octubre, los dos lunares.
Ya no hay excusa para no mirar al cielo durante este 2023, que estará cargado de hitos. Un entretenimiento gratuito, que nos permitirá conocer a las asociaciones astronómicas de nuestras ciudades y pueblos y a aprender de quienes llevan décadas enamorados del esta ventana al espacio que es nuestro firmamento.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Las superlunas tienen poco de “super”, en todo caso, podemos apreciar un ligerísimo aumento del tamaño aparente de la luna debido a su proximidad y al hecho de que esté llena. De hecho, la diferencia de tamaño entre la Luna en su perigeo y la media del resto del año es, aprovechando la comparación popularizada por el astrofísico Neil deGrasse Tyson, como recortar medio centímetro al borde de una pizza familiar. Una diferencia que, desde luego, la inmensa mayoría de personas no podría reconocer a simple vista. Esto sumado a su origen astrológico y a la naturaleza pseudocientífica de la disciplina, hacen que pierda toda su importancia para la astronomía.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA