Un estudio publicado en la revista científica «JAMA Pediatrics» advierte de las consecuencias de la revisión constante de las redes sociales en el desarrollo de los adolescentes
Ahora que los Reyes Magos están a punto de llegar a casa cargados con la última tecnología para los más pequeños, cabe reflexionar sobre la idoneidad de su uso a determinadas edades. Resulta evidente que las redes sociales como Instagram, Facebook o TikTok, entre otras, se han convertido en la nueva «Plaza Mayor» por la que todo el mundo pasa y se deja ver, convirtiéndose en el punto de encuentro obligado, sobre todo, para los más jóvenes. Resulta irremediable y forma parte de nuestra sociedad actual, pero los expertos alertan de que no todo vale, o al menos, no a cualquier edad, ya que existe el riesgo de caer en un uso abusivo y patológico con graves consecuencias.
El problema reside en que el acceso a estas plataformas digitales cada vez es más temprano y con escaso control parental, lo que puede impactar en la salud de los adolescentes e incluso afectar a su capacidad cerebral. Así lo advierte un nuevo estudio publicado en la revista científica «JAMA Pediatrics», que muestra que pasar horas en las redes sociales puede modificar, con el tiempo, la sensibilidad de los más jóvenes a los estímulos sociales de recompensa y castigo.
En uno de los primeros estudios a largo plazo sobre el desarrollo neural de los adolescentes y el uso de la tecnología, investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos, han llegado a la conclusión de que la revisión habitual que realizan los adolescentes de sus redes sociales está relacionada con cambios posteriores en la forma en la que sus cerebros responden al mundo que les rodea.
En concreto, el estudio publicado en «JAMA Pediatrics» revela que los cerebros de los adolescentes pueden volverse más sensibles al anticipar recompensas y castigos sociales al dedicar más tiempo y realizar un mayor uso de las redes sociales. «Los hallazgos sugieren que los niños que crecen revisando las redes sociales con más frecuencia se están volviendo hipersensibles a los comentarios de sus compañeros», asegura Eva Telzer, profesora del Departamento de Psicología y neurociencia de UNC-Chapel Hill y autora correspondiente.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores rastrearon a 169 estudiantes reclutados de escuelas intermedias públicas en las zonas rurales de Carolina del Norte durante tres años. Al comienzo del estudio, los participantes informaron con qué frecuencia consultaban tres plataformas populares de redes sociales: Facebook, Instagram y Snapchat. Sus respuestas oscilaron entre menos de una vez y más de 20 veces al día. Los participantes se sometieron a sesiones anuales de imágenes cerebrales mientras completaban la tarea de retraso de incentivos sociales, que mide la actividad cerebral al anticipar los comentarios sociales de sus compañeros. «Si bien esta mayor sensibilidad a la retroalimentación social puede promover el uso compulsivo de las redes sociales en el futuro, también podría reflejar un posible comportamiento adaptativo que permitirá a los adolescentes navegar en un mundo cada vez más digital», afirma María Maza, estudiante de doctorado en Psicología y una de las participantes del estudio.
Revisión constante y compulsiva
Las plataformas de redes sociales ofrecen un flujo constante e impredecible de comentarios sociales en forma de me gusta, comentarios, notificaciones y mensajes. «Estas entradas sociales son frecuentes, inconsistentes y, a menudo, gratificantes, lo que las convierte en refuerzos especialmente poderosos que pueden condicionar a los usuarios a revisar las redes sociales repetidamente», asegura Kara Fox, coautora principal del estudio y estudiante de doctorado en Psicología.
Hasta el momento, otros estudios han demostrado que el 78% de los jóvenes de 13 a 17 años reconocen que revisan sus dispositivos móviles al menos cada hora, mientras que el 35% de los adolescentes confiesan que usan al menos una de las cinco principales plataformas de redes sociales casi constantemente.
¿Qué sucede en el cerebro?
Los hallazgos de este nuevo estudio sugieren que revisar las redes sociales repetidamente entre los adolescentes de 12 a 13 años puede estar asociado con cambios en la forma en que se desarrollan sus cerebros durante un período de tres años.
En concreto, los cerebros de los adolescentes que revisaban las redes sociales con frecuencia, más de 15 veces al día, se volvieron más sensibles a la retroalimentación social. «La mayoría de los adolescentes comienzan a usar la tecnología y las redes sociales en uno de los períodos más importantes para el desarrollo del cerebro durante nuestra vida, como es la adolescencia, marcada por el desarrollo cognitivo y neuronal», explica el coautor Mitch Prinstein, quien también se desempeña su labor como director científico de la Asociación Estadounidense de Psicología. En este sentido, «nuestra investigación demuestra que controlar los comportamientos en las redes sociales podría tener consecuencias importantes y duraderas para el desarrollo neuronal de los adolescentes, lo cual es fundamental para que los padres y los responsables políticos lo consideren al comprender los beneficios y los daños potenciales asociados con el uso de la tecnología por parte de los adolescentes», alerta Prinstein.
Fuente: LA RAZON ESPAÑA