Todos alguna vez hemos experimentado una sensación de ‘hormigueos’ cuando una extremidad, ya sean manos o pies, se han entumecido después de haber pasado mucho tiempo en una misma posición.
Aunque no sea una experiencia dolorosa, siempre resulta muy incómoda, sobretodo cuando intentas volver a hacer actividad con la extremidad adormecida.
¿Pero qué es realmente aquella sensación y por qué ocurre?
Un corte de señales nerviosas
La percepción de ‘hormigueos’ durante el entumecimiento, conocida técnicamente como parestesia temporal, se trata de una pérdida momentánea de la conexión eléctrica de nuestro cerebro a las extremidades afectadas y viceversa.
El fenómeno ocurre por una excesiva presión sobre los nervios que recorren nuestras extremidades, que a la par también genera presión en los vasos sanguíneos que les aportan oxígeno a dichas partes del cuerpo.
Aliviada dicha presión, uno ya deja de sentir esta sensación porque se ha reestablecido el aporte sanguíneo de los nervios afectados, así como también se ha recuperado la conexión que envía y recibe la información de dicha extremidad hacia el cerebro.
La progresión del ‘hormigueo’
A inicios del siglo XX, los científicos lograron entender la progresión de la sensación de hormigueo en varios experimentos donde se utilizaba un tensiómetro para adormecer las extremidades de algunos voluntarios, cuenta la BBC.
Lo primero que se siente se denomina como “hormigueo de compresión”, descrita como un zumbido, un cosquilleo u hormigas corriendo hacia arriba y abajo.
Aproximadamente unos 10 minutos después y mientras todavía continuaba la presión sobre la extremidad, los voluntarios señalaron experimentar un “suave adormecimiento”.
Finalmente, una vez liberada la presión sobre los nervios de las extremidades, dijeron que sentían la “liberación del pinchazo” que fue descrita por ellos como alfileres y agujas.
¿Cuándo es motivo de preocupación?
La parestesia temporal producto de una presión es completamente normal y se recupera en poco tiempo una vez liberada la tensión ejercida en la extremidad afectada.
Sin embargo, si experimentas esta sensación de forma crónica, es recomendable que consultes con tu médico, ya que podría indicar una afectación más seria de las vías nerviosas.
Fuente: LA REPÚBLICA