Potosí, Kollasuyo Digital
- Pueblos del sur, 24 de noviembre de 2025.
Ante el anuncio por parte de los dirigentes panificadores federados del país, con la advertencia de incrementar el precio del “Pan de Batalla” a Un (1) boliviano, si el actual gobierno hasta este miércoles no les distribuye la harina subvencionada, causo una profunda preocupación en las familias bolivianas.
Es decir que, este “ultimátum” levantara muchas ronchas al nuevo gobierno, debido a que en su campaña cuestiono la política de la subvención y que a causa de esta, Bolivia enfrenta una coyuntura crítica multidimensional, que tiene en estado de “terapia intensiva” a la economía y que es necesario cambiar el “Estado Tranca” por un modelo “Capitalista para Todos”.
Más allá de estas miradas, el pueblo humilde-sencillo para saciar su hambre, levanto su voz en varios medios de comunicación, señalando que no están de acuerdo con la elevación del precio del pan; porque en la actualidad ante las malas políticas de control en el peso y precio, los panes se convirtieron de un tiempo a esta parte en simples botones de payaso, inflados o similar al “panal” que nos servimos en la fiesta de Todo Santos con su chichita, que a tres mordiscos se termina y se diluye rápidamente.
La frase “que no nos falte el pan de cada día” es una expresión muy popular y puede interpretarse literalmente, como un deseo de que nunca falte el sustento básico en el hogar o la necesidad de alimento espiritual y de confiar en la providencia divina. Bajo esas dos concepciones, el pan de cada día que es vida, debe ser atendida por las principales autoridades nacionales y subnacionales con mayor responsabilidad y hacer que el “pan de batalla” no desaparezca como es en Potosí “El pan de huevo”; en la Paz “La marraqueta; en Sucre “El pan de mesa”, entre otros, que fueron muy populares, especialmente durante la Guerra del Chaco y es considerado un alimento básico en la dieta boliviana.
De ahí que es bueno que se mantenga el precio de acuerdo al bolsillo de la gente humilde, con un peso de 30 a 35 gramos y no se evaporen o desaparezcan de las panaderías, como ocurre con los: Aviscochados, sarnitas, doblados, chambillo, colisa, pan de maíz, de queso, Chama, Kauka, cuernos, carteras, caracoles, entre otros.
Por Waldo Vargas Reyes

