Sofía – nombre cambiado para resguardar su identidad – tiene 13 años. Llegó al hospital sin imaginar que estaba a punto de dar a luz. Creía que eran dolores abdominales insoportables, pero su cuerpo guardaba un embarazo producto de las violaciones de su abuelo.
Apenas iniciaba la adolescencia cuando su vida cambió para siempre. Sofía vivía con su madre y su abuelo, quien hoy está privado de libertad. Nadie había sospechado que estaba embarazada. Los dolores que sentía se atribuían a indigestión, estreñimiento u otras causas. Todo se reveló el sábado 27 de septiembre, cuando ya no pudo soportarlos. Su abuelo, de 60 años, la llevó al Hospital México de Sacaba, donde los médicos descubrieron que estaba en trabajo de parto.
Según el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de Cochabamba, Jhonny Coca, el personal médico se acercó al familiar para informar sobre la situación y preguntó por la madre. El hombre intentó despistar, asegurando que no había acompañado a la adolescente. Al ser entrevistado por los efectivos, finalmente admitió que era el abuelo y que había agredido sexualmente a su nieta.
Los profesionales informaron que la adolescente tenía 36 semanas de embarazo y, ante la emergencia, la refirieron al Maternológico Germán Urquidi por la posibilidad de requerir incubadora. El médico Antonio Pardo explicó que la paciente llegó el sábado cerca de las 20:00, con el trabajo de parto avanzado, pues llevaba al menos 12 horas con dolores abdominales. Ya se encontraba en periodo expulsivo y con una edad gestacional de nueve meses, por lo que se procedió a un parto normal.
En estos casos, explicó el médico, normalmente se opta por cesárea en embarazos adolescentes, pero la decisión se tomó debido al estado.
Actualmente, Sofía ya fue dada de alta y regresó a su casa con su bebé y su madre. Según el personal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) de Sacaba, ni la adolescente ni su madre conocían del embarazo. La víctima recibe acompañamiento psicológico y seguimiento para verificar la relación madre e hija.
Mientras tanto, el abuelo permanece con detención preventiva, sin plazo definido, en el penal San Pedro de Sacaba, imputado por el delito de violación de infante, niña, niño o adolescente con agravante. Entre el 1 de enero y el 15 de septiembre de este año, Bolivia registró 1.609 casos de violación a menores de edad: 134 en Beni, 89 en Chuquisaca, 292 en Cochabamba, 244 en La Paz, 55 en Oruro, 45 en Pando, 100 en Potosí, 545 en Santa Cruz y 105 en Tarija, según datos de la Fiscalía.
En cuanto al embarazo adolescente, Pablo Salazar, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Bolivia, recordó en abril durante un evento en Cochabamba que en 2024 se registraron 26.971 embarazos de niñas y adolescentes en todo el país. Enfatizó la necesidad de reforzar los esfuerzos de prevención.
Los departamentos con mayor número de casos fueron Santa Cruz (9.575), La Paz (4.639) y Cochabamba (4.328). En Cochabamba, estas 4.328 adolescentes representan el 16% del total de embarazadas del país. Entre ellas, 182 tenían menos de 15 años, según los datos que conocieron del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS). Estas cifras reflejan la vulnerabilidad de niñas y adolescentes frente a embarazos tempranos, muchos de ellos vinculados a violencia sexual.
En Bolivia, desde 2014, rige la Sentencia Constitucional 0206, que garantiza el acceso a un aborto legal y seguro cuando el embarazo es producto de violación, incesto, estupro o cuando la vida o la salud de la gestante estén en riesgo. En el caso de Sofía, este derecho no pudo aplicarse porque ya se encontraba en trabajo de parto, pero sigue siendo un derecho reconocido.
Fuente: Opinión