DEUDA.- El economista Luis Fernando Romero advierte que a julio de 2025 la deuda externa del país alcanza los $us 13.770 millones, con un peso creciente sobre cada ciudadano y presiones severas sobre la liquidez nacional.
Un saldo de deuda que sigue creciendo
De acuerdo con datos oficiales del Banco Central de Bolivia (BCB), presentados por el economista e investigador Luis Fernando Romero Torrejón, a julio de 2025 el país registra un saldo de deuda externa de mediano y largo plazo de $us 13.770,1 millones.
El principal acreedor multilateral es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con un 32% del total, seguido por la CAF con un 22% y el Banco Mundial con un 12,3%. En cuanto a los acreedores bilaterales, China concentra un 8,6%, Francia un 5,1% y Alemania un 0,6%.
El 86,6% de esta deuda corresponde a préstamos bilaterales y multilaterales (incluidos con privados), mientras que el 13,4% —unos $us 1.850 millones— son Títulos de Deuda, entre ellos los bonos soberanos con vencimientos en 2028 y 2030.
Un incremento sostenido desde 1996
El análisis histórico muestra que entre 2020 y julio de 2025 la deuda externa creció un 13%, y desde 1996 el incremento alcanza un 197%.
Uno de los indicadores más reveladores es la deuda externa per cápita, que en 2012 era de apenas $us 449,77 y hoy llega a $us 1.211,59. Esto implica un aumento del 169% en trece años, reflejando un peso mucho mayor sobre cada boliviano.
Indicadores de solvencia y liquidez
El indicador de solvencia, que mide la deuda respecto al PIB, se ubica en 23,1%, un nivel que en teoría está dentro de los parámetros internacionales. Sin embargo, si se calcula sobre la base del PIB nominal de 2024, este índice subiría a 29%, mostrando un riesgo creciente.
Más preocupante es el indicador de liquidez. Oficialmente, el BCB lo fija en 14,7%, pero la realidad muestra que el servicio de la deuda externa (capital más intereses) llegó a $us 922,7 millones en julio de 2025, mientras que las exportaciones sumaron $us 819,7 millones en el mismo mes. Esto significa que la relación real es de 112%, es decir, que el país paga más de lo que logra generar en exportaciones para cubrir su deuda.
Reservas Internacionales al límite
El panorama se complica por el bajo nivel de las Reservas Internacionales Netas (RIN). En agosto de 2025 apenas llegaban a $us 171 millones en divisas líquidas, suficientes para cubrir 30 días de importación de carburantes.
A esto se suma la caída de la inversión extranjera, exportaciones limitadas y una creciente dependencia del financiamiento externo y de la monetización del oro del BCB para cubrir los pagos de deuda.
Transferencias netas negativas y presión externa
Los datos revelan que las transferencias netas de deuda externa (desembolsos menos pagos) fueron negativas en $us 852,2 millones en 2024 y en –158,4 millones hasta julio de 2025. Entre 2021 y julio de 2025, la salida neta de divisas por deuda externa llega a $us 3.316,9 millones, un drenaje que refleja la carga financiera sobre la economía nacional.
El desafío para el próximo gobierno
Para el economista Romero, recurrir a financiamiento externo no es negativo en sí mismo, siempre que los recursos se destinen a proyectos estratégicos que fortalezcan la economía y mejoren la calidad de vida.
Sin embargo, advierte que el nuevo gobierno estará casi obligado a endeudarse más en el corto plazo, dado el bajo nivel de reservas y la urgencia de atender problemas inmediatos como la inflación, la falta de carburantes y la escasez de dólares. La paciencia social para esperar resultados será reducida, lo que aumenta la presión política y económica.
Mayor carga a los bolivianos
La deuda externa de Bolivia ha crecido de manera sostenida en las últimas décadas y hoy representa una carga mayor sobre cada ciudadano, en un contexto de fragilidad en las reservas y estrechez en las exportaciones. El reto está en administrar con eficiencia el endeudamiento para evitar que se convierta en un obstáculo insostenible para el desarrollo.
Fuente: Nueva Presencia