Una joven utilizó el teléfono de su madre para inscribirse en materias universitarias. Poco después, fue contactada por estafadores a través de redes sociales y accedió a invertir dinero sin el consentimiento de su progenitora.
Una joven universitaria fue víctima de un elaborado fraude digital que le hizo perder más de 230 mil bolivianos en menos de cinco horas. El caso ocurrió cuando la estudiante, utilizó el teléfono celular de su madre con la intención inicial de registrar sus materias en la universidad.
La aparente rentabilidad la motivó a seguir transfiriendo sumas cada vez mayores, convencida de que podría incrementar su patrimonio y devolver el dinero antes de que su madre lo notara. Según el relato de la progenitora, la joven realizó depósitos de montos crecientes: primero Bs 900, luego Bs 7.000, 11.000, hasta llegar a operaciones de Bs 30.000 cada una.
“Ella comenzó a asustarse cuando ya no le devolvieron nada y le decían que tenía que seguir depositando para recuperar todo el dinero. Sin que yo supiera, gastó todo lo que había en mi cuenta personal”, relató la madre visiblemente afectada.
La estafa consumió los ahorros familiares en pocas horas. Cuando la joven quiso detener los envíos y exigir la devolución, los estafadores cortaron la comunicación. Desesperada, confesó lo ocurrido a su madre, quien inmediatamente acudió a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) para sentar denuncia.