Las primeras investigaciones apuntan a “un depósito de mercancías peligrosas y productos químicos” como posible origen del estallido
Al menos ocho personas han muerto y más de 700 han resultado heridas este sábado en una fuerte explosión en el puerto de Shahid Rajai, situado en la sureña ciudad de Bandar Abbas, importante centro petrolero de Irán, según ha informado la televisión estatal.
“Las investigaciones iniciales muestran que la causa de la explosión fueron contenedores donde se almacenaban productos químicos, los cuales han explotado y han causado estas consecuencias”, ha señalado el portavoz de la Organización Nacional de Gestión de Crisis, Hossein Zafari, según recoge la agencia ISNA.
Zafari ha añadido que la explosión fue tan potente que se escuchó en un radio de 50 kilómetros y se sintieron temblores en algunas zonas cercanas, a la vez que la onda expansiva ha dañado edificios y coches en la zona.
El vicepresidente primero de Irán, Mohamad Reza Aref, ha ordenado “una investigación inmediata y exhaustiva para determinar la causa exacta del accidente y la magnitud de los daños”. Por su parte, Mohammad Ashuri, gobernador de la provincia de Hormozgan, donde ocurrió el accidente, ha señalado que “aún se desconoce el origen de la explosión”.
Las televisiones locales han mostrado imágenes de una enorme nube negra sobre el puerto, así como escenas de pánico en la zona.
Las actividades portuarias se han suspendido para que las fuerzas de seguridad y socorro puedan controlar rápidamente la situación, según apunta la agencia Tasnim.
La Compañía Nacional de Refinado y Distribución de Petróleo de Irán informó en un comunicado que las actividades relacionadas con su empresa no han resultado afectadas y siguen operando en Bandar Abás, importante centro petrolero del país.
Este incidente se produce en el mismo día en el que una delegación iraní se ha reunido en Omán con representantes de Estados Unidos para llegar a un acuerdo nuclear. El objetivo de Teherán, según ha asegurado su ministro de Exteriores antes del encuentro, es “poner fin a las sanciones injustas y generar confianza en el carácter pacífico de su programa nuclear”. Desde Washington han señalado que la reunión ha durado cuatro horas y ha sido “positiva y productiva”, pero admiten que aún queda “mucho por hacer”.
Fuente: EL PAÍS
