Javier Milei siguió su libreto de acelerar en las curvas y redoblar la apuesta. Con el mundo sumido en la guerra de aranceles desatada por Donald Trump, y el mismo día en que los datos oficiales minaron su mayor logro en Argentina —la baja de la inflación—, el Gobierno ultra resolvió levantar parcialmente el llamado cepo cambiario que regía desde 2019, esto es, las restricciones al mercado de cambio. La medida fue anunciada junto con la confirmación de un nuevo rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), esta vez de 20.000 millones de dólares, entre cuyas exigencias estaba la eliminación de los controles cambiarios. El cepo será reemplazado por un esquema de bandas, con un piso de 1.000 y un techo de 1.400 pesos por dólar: la apuesta del Gobierno es que los fondos frescos que ingresarán en el Banco Central argentino le permitirán sostener el mínimo y el máximo en la cotización de la divisa. El tenor de la devaluación de la moneda nacional dependerá del salto del precio del dólar a partir del lunes.
“Se ha terminado de romper el último eslabón de una cadena que mantenía nuestra economía atada al piso”, dijo Milei en un mensaje reproducido en cadena nacional este viernes, y celebró que su Administración “eliminó el cepo para siempre”. En rigor, el levantamiento de las restricciones será parcial porque, si bien se derogan los límites en el acceso al mercado de cambios para las personas físicas, para las personas jurídicas solo se habilitará la distribución de utilidades a accionistas del exterior del país a partir de los ejercicios financieros de 2025.
El Gobierno resolvió terminar con el régimen cambiario que implicaba una devaluación mensual —crawling peg— del 1% y reemplazarlo por un sistema de flotación entre topes que también se modificarán, de manera divergente, un 1% al mes. Al cierre de este viernes, la cotización del dólar era de 1.074 pesos en el mercado oficial —restringido— y de 1.375 en el mercado informal. Ante la creciente demanda y el freno a la oferta en medio de los rumores de devaluación, las distintas cotizaciones financieras de la divisa venían en alza durante el último mes, pese a las intervenciones del Banco Central (BCRA). Si la cotización se acerca el lunes a la banda superior, la devaluación del peso excederá al 20%. Mientras la gran mayoría de los economistas advertían desde hace meses sobre el atraso cambiario y la apreciación del peso generados por el plan de Milei, el Gobierno hasta ahora lo negaba. “No vamos a devaluar de ninguna manera”, aseguraba el presidente ultra en febrero pasado, “no hay atraso cambiario”, insistía.
El Ejecutivo anunció que el FMI cederá los 20.000 millones de dólares solicitados por Argentina, que aún le debe al organismo más de 40.000 millones. Horas después, el Fondo confirmó la aprobación del programa. El préstamo, detalló el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, incluirá 15.000 millones de fondos frescos de libre disponibilidad. La mayor parte, 12.000 millones, llegarán la semana que viene; otros 2.000 millones en junio y más adelante otros 1.000 millones. El país sudamericano tendrá diez años para devolver los fondos, con cuatro años y medio de gracia sobre los pagos de capital, y deberá superar revisiones periódicas y cumplir diferentes metas.
A los recursos girados por el FMI se sumarán créditos de otros organismos internacionales por 3.600 millones en el corto plazo y por 2.500 millones en el mediano. Habrá, además, préstamos bancarios conocidos como Repo (repurchase agreement) por 2.000 millones más.
Con todos esos fondos, el Gobierno aspira a fortalecer las arcas del BCRA y sostener el nuevo esquema cambiario. Mientras intentaba contener la cotización del dólar, en lo que va del año el BCRA perdió casi 5.000 millones de dólares. Solo este viernes vendió 398 millones. Hoy las reservas brutas del banco son 24.726 millones y las netas son negativas. Como parte del acuerdo con el FMI, deberían pasar a ser positivas antes de fin de año.
Milei buscó presentar el nuevo régimen y el acuerdo con el FMI como una prueba del éxito de sus medidas de ajuste fiscal y monetario. Tuvo, para eso, que disimular el mal trago que significó el dato oficial de inflación de marzo que se conoció también este viernes: 3,7%. El Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) detalló que el sector con mayor incremento fue educación (21,6%), seguido por alimentos y bebidas no alcohólicas (5,9%). Mientras el alza interanual de precios alcanza el 55,9%, en el primer trimestre de 2025 ya acumula un 8,6%. El índice de precios al consumidor había crecido el 2,4% en febrero y el 2,2% en enero. La aceleración inflacionaria lleva ya dos meses consecutivos y pone en cuestión lo que el propio Gobierno presentaba, hasta ahora, como su principal logro. Este viernes por la noche, el presidente reconoció “una interrupción en el proceso de desinflación” y responsabilizó a “los intentos de generar inestabilidad de quienes todavía quieren detener el cambio”. Y prometió que “la inflación va a colapsar indefectiblemente”.
Fuente: EL PAÍS