La feroz competencia entre un actor consolidado y un ícono de la música dejó una huella en la historia del cine, según Far Out
El proceso de selección de actores para una película, especialmente en Hollywood, puede ser tan fascinante como el propio filme que se va a rodar. Sin embargo, algunos castings resultan tan inusuales que dejan una huella indeleble en la historia del cine.
Este es el caso de Un destello en la oscuridad, un drama de la Segunda Guerra Mundial, en el que dos de las figuras más icónicas de la cultura popular, Liam Neeson y David Bowie, se disputaron un mismo papel.
Aunque podría parecer una competencia entre dos mundos completamente distintos, este casting feroz revela tanto la naturaleza impredecible del cine como los inesperados giros en la carrera de estos artistas, informó Far Out.

Un duelo inesperado
En 1992, la adaptación de Un destello en la oscuridad, dirigida por David Seltzer y basada en la novela de Susan Isaacs, prometía ser un drama épico ambientado en la Segunda Guerra Mundial.
A lo largo de la producción, el equipo se enfrentó a una difícil tarea: encontrar al actor adecuado para interpretar a Franze-Otto Dietrich, un general nazi, papel para el cual Liam Neeson fue finalmente elegido.
Sin embargo, el proceso de selección estuvo marcado por una feroz competencia entre actores británicos destacados, con un nombre en particular que sorprendió a todos: David Bowie.
“La competencia entre dos artistas de mundos opuestos hizo de este proyecto algo único y desconcertante.”
La brecha entre el cine y la música: la presencia actoral de David Bowie
Aunque Bowie nunca fue considerado un actor prolífico, su estatus como icono cultural y su singularidad como artista lo colocaron en una posición privilegiada para obtener papeles cuando él así lo deseaba.
Su participación en el cine, aunque limitada, estuvo marcada por su capacidad para aportar una energía única a sus personajes. En Laberinto, Bowie interpretó a Jareth, el rey de los goblins, un rol que se convirtió en uno de los más recordados de su carrera cinematográfica, gracias a la mezcla de misterio y extravagancia que su presencia aportó al filme. En The Hunger, su retrato de un vampiro atormentado dejó una marca inolvidable en la cultura pop.
Sin embargo, en el caso de Un destello en la oscuridad, la transición de Bowie hacia el cine dramático más serio parecía complicada. A pesar de su reconocimiento mundial y la fuerza de su presencia en pantalla, su estilo actoral era, por naturaleza, más excéntrico, lo que probablemente lo hacía una elección menos evidente para el rol de un militar nazi.
A pesar de ello, su nombre sonó en las pruebas para el papel de Dietrich, lo que subraya la extraordinaria versatilidad que los productores creían que Bowie podría haber aportado al proyecto. No obstante, el casting para dicho papel fue un desafío feroz, con Neeson finalmente imponiéndose en el proceso.
Historia de un fracaso

El anuncio de que Liam Neeson había obtenido el papel fue una victoria para él, aunque de corta duración. A pesar de sus expectativas de éxito, la película no cumplió con los estándares que tanto el guion como el elenco prometían. El drama de la Segunda Guerra Mundial, que abordaba temas como el espionaje y la traición en un contexto histórico complejo, no logró conectar con el público ni con los críticos.
Un destello en la oscuridad fue un fracaso rotundo, obteniendo una serie de nominaciones a los premios Razzie, que celebran lo peor del cine. “La película terminó ganando en tres categorías, incluidas ‘Peor Película’ y ‘Peor Director’.”
Liam Neeson, quien fue el único de los tres protagonistas principales que no recibió una nominación a los Razzie por su actuación, reaccionó con humildad ante las críticas. En declaraciones posteriores, admitió que esperaba que la película fuera un éxito, tanto comercial como artístico, pero reconoció que, a pesar de las buenas intenciones, la película no fue tan buena como el guion prometía.
Esta es una reflexión que muchos actores comparten tras participar en proyectos que no cumplen las expectativas, aunque Neeson parece haberlo manejado con profesionalismo.
Un alivio para Bowie
Por su parte, David Bowie, quien no consiguió el papel de Dietrich, debió haberse sentido aliviado al ver cómo Un destello en la oscuridad se desmoronaba ante los ojos del público. El hecho de que el proyecto fuera considerado la peor película de 1992 probablemente ayudó a mitigar cualquier posible arrepentimiento por no haber conseguido el papel.
En este sentido, la participación en un fracaso tan sonado pudo haber sido un acierto para su carrera como actor, y para su legado como artista. “Esta historia del casting de Un destello en la oscuridad destaca lo impredecible de cómo la música y cine pueden cruzarse.”
Cuando el cine desafía las expectativas
El duelo entre Neeson y Bowie por el papel en Un destello en la oscuridad es un recordatorio de la naturaleza impredecible del cine, donde hasta los actores más establecidos pueden verse atrapados en proyectos que no cumplen con las expectativas.
Aunque el destino de la película fue desafortunado, la historia de cómo se eligieron sus protagonistas refleja la complejidad de la industria cinematográfica, donde la competencia es feroz, las decisiones de casting son claves, y los giros inesperados pueden llevar a los actores por caminos sorprendentes.
Fuente: INFOBAE