La ciudad turística de Uyuni, uno de los destinos más emblemáticos de Bolivia, enfrenta una crisis sanitaria alarmante. Su único hospital no es más que una casa donada, adaptada de manera precaria para la atención médica, sin las condiciones necesarias para enfrentar emergencias de gran magnitud.
La delegada defensorial de Potosí, Jaquelinne Alarcón, inspeccionó el nosocomio y constató una situación lamentable: la morgue es apenas una pequeña habitación sin el equipamiento adecuado para conservar cuerpos. Esta deficiencia quedó expuesta tras el trágico accidente en la comunidad de Cerdas, a 45 kilómetros de Uyuni, cuando los cadáveres de 19 personas tuvieron que ser alineados a la intemperie, por la falta de una morgue adecuada.
Alarcón confirmó que, pese a los años transcurridos, el establecimiento sigue funcionando en la misma infraestructura donada, sin mejoras significativas. La escena de los cuerpos expuestos al viento y al frío es una muestra cruda de la precariedad del sistema de salud en la región y de la urgente necesidad de soluciones inmediatas.