El padre contó que, al separarse, dejó a sus hijos con celulares, electrodomésticos y muebles. Cuando fue a rescatarlos, descubrió que la madre había vendido todo.
El padre de la adolescente que era obligada a prostituirse por su propia madre y fue víctima de violación por parte de su padrastro, develó la dramática situación en que vivían sus hijos, la menor de 15 años y un niño de 9 años. Los pequeños eran obligados y amenazados para decirle que estaban bien. Sin embargo, cuando fue a rescatarlos, descubrió la cruda realidad.
Asimismo, la abogada del padre, Vanesa Rivero, comentó que “costó bastante hacer el último operativo” para capturar a ambos agresores. “Hemos peregrinado en cada fiscalía, exigiendo celeridad, que se ejecute el mandamiento de aprehensión. Esas dos personas todavía se encontraban en libertad. El primer proceso que instalamos fue por el delito de violación en contra del padrastro. También dimos parte al Ministerio Público que la madre conocía el hecho delictivo y estaba en la obligación de abrir otro caso por tráfico y trata porque ella exhibía a la menor en el entorno social del padrastro“, explicó la abogada.
Observó la demora de las instituciones en el proceso de investigación. “El viernes en la tarde, volvimos al Ministerio Público para demostrar que sí hubo la violación. Al no tener respuesta por parte de la fiscal, hemos tenido que volver el lunes, recurrimos a la Defensoría de la Niñez, que solo tiene una psicóloga y un trabajador social”, agregó.
La menor develó, en el abordaje psicológico, que su madre cobraba 30 bolivianos a personas adultas, que conocían al padrastro, para poder violarla.
“Asimismo, manifestó que a su hermano menor de 9 años, que fue rescatado ayer, le daban bebidas alcohólicas, un dato alarmante que hizo que la Fiscalía de tráfico y trata llame a la Defensoría para que rescaten al menor. Le han dado el acta de entrega al progenitor”, detalló.
“Mi hija me pedía que rescatemos a su hermanito”
El padre de los menores aseguró que fue “una odisea” rescatar a sus hijos, que ahora, se encuentran a salvo a su lado. La adolescente habría intentado huir y ese hecho develó el infierno que vivía en su casa.
“Ahora, mis hijos se encuentran bien, mi hija está feliz porque ella era la más preocupada, decía que, por favor, los rescatemos, que rescatemos a su hermanito. Cuando ella iba a fugarse, su hermanito lloró, le abrazó y le dijo que lo lleve. Su madre estaba en estado de ebriedad y no lo dejó salir con ella. Ella tuvo que escaparse sola”, contó el padre en El Mañanero.
Comentó que cuando les llamaba, sus hijos le decían que todo estaba bien. “Ese es el peor dolor que yo tengo como padre. Cuando me comunicaba con ellos, siempre me decían que estaban bien. Cuando fui a rescatar a mi hija, solo, aunque quería ir con la Defensoría, ella me dijo que su madre los obligaba a decir que ellos estaban bien, eran amenazados. Incluso un día que mi hija quiso hablar, la madre trató de ahorcarla”, contó.
Explicó que al separarse, firmaron un documento en el que acordaron que el padre podía ver y tener contacto con sus hijos los domingos, pero la madre no lo cumplía.
“Varios domingos, que parece que ellos se dedicaban a beber, a tomar, no contestaban las llamadas. Cuando me separé, les saqué dos teléfonos a mis hijos para tener comunicación con ellos. Con el tiempo, dejaron de tener su teléfono y la madre vendió los teléfonos para conseguir dinero y tomar”, indicó.
Es más, les había dejado con heladera, televisión, camas, cocina de seis hornallas para que “vivan bien”. Pero cuando fue a la casa donde vivían sus hijos, este martes, no podía creer lo que vio, ya que ninguno de esos electrodomésticos estaban.
“Mis hijos dijeron que los cuatro dormían en una sola cama. No comían, tenían que ir a fiarse comida. Mi hijo está un poco consternado por lo que pasó, pero está bien. Pido que me ayuden a hacerle un examen psicológico y físico para estar tranquilo. Me parece que su madre le dijo qué podía decir y qué no, ayer lo noté así. Gracias a Dios, ahorita, está bien y feliz jugando con sus hermanos”, afirmó.
Aseguró que puede criar a sus dos hijos, porque ya crio a sus dos hijas mayores, que los valora y lucha por ellos, que daría la vida por ellos. “Pido justicia por mi hija porque esto es una mancha que queda en una mujer para toda su vida. Ahora tengo que hacer los exámenes psicológicos, tengo que empezar desde cero. Esto no puede quedar así”, aseveró.
También apuntó que cuando capturaron a los acusados, este martes, descubrieron que estaba por cambiarse de domicilio. Se exponen a penas de entre 15 a 20 años por cada delito.
Fuente: RED UNO
