A pesar de que la situación del brote de viruela del mono mejoró globalmente, la Organización Mundial de la Salud decidió mantener el nivel de emergencia otorgado en julio al brote que deja casi 78.000 contagios y 76 muertes en países no endémicos. El continente americano es, actualmente, la región que más riesgos afronta por culpa de la viruela del mono.
Los avances contra la viruela del mono dan sus frutos. Los casos retroceden claramente en Europa y en Norteamérica y las campañas de vacunación, con tropiezos, avanzan. Sin embargo, según el Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no es suficiente. El 1 de noviembre, tres meses después de que el brote se declarara una emergencia de salud pública internacional, la entidad sigue considerándola así.
La OMS lo explica así en un comunicado: “Las principales razones son la transmisión continuada en algunas regiones, la desigualdad en la respuesta y la preparación entre países de la OMS, un potencial de impacto en la salud mayor en poblaciones vulnerables, el riesgo continuado de estigma y discriminación, el subregistro en países con sistemas de salud más débiles y la falta de acceso equitativo en acceso a diagnósticos, antivirales y vacunas”.
Según la evaluación del organismo internacional, la región de América es la que atraviesa todavía un nivel más alto de riesgo, seguida de Europa, que transita de un riesgo alto a moderado. El continente africano, que alberga a los países donde la enfermedad es endémica, también está clasificada con un riesgo moderado.
A día de hoy, el brote fuera de la zona de endemicidad afecta a 109 países y suma 77.934 casos y 36 muertes. Desde el mes de agosto, cada vez se detectan menos contagios en los países europeos y Estados Unidos le sigue de cerca. Los expertos lo atribuyen al cambio de comportamiento entre el grupo más vulnerable a la infección, los hombres gay y bisexuales, gracias a las campañas de concienciación. También a un aumento de la inmunidad, tanto a raíz de la vacunación como al contagio de las personas que más potencial de dispersión del virus.
Pero, como recuerda el comité, eso no significa que la emergencia haya pasado. Nigeria, uno de los países donde la enfermedad es endémica, enfrenta un repunte de casos. República Democrática del Congo ha registrado más de 4.000 contagios este año. Además, en todo el continente africano han perdido la vida 173 personas desde inicios de 2022, con una tasa de mortalidad del 2,5%, mucho más alta que en el resto del mundo.
De hecho, la inmensa mayoría de casos registrados en países africanos no se han podido confirmar debido a la falta de pruebas, lo que indica un probable subregistro que también preocupa a los expertos del organismo internacional.
Recientemente, la agencia Reuters viajó a República Democrática del Congo y recogió varios testimonios que denuncian la falta de herramientas para combatir la viruela del mono. “Si Europa, con solo algunos casos de enfermedad, menos muertos y una tasa de infección más lenta pudo acceder a la vacuna, ¿por qué no en nuestro país?”, reclamaba Theopiste Maloko, un trabajador sanitario rural.
Ningún país africano ha accedido a la vacuna contra la viruela ahora usada contra la viruela del mono, producida por la farmacéutica Bavarian Nordic. En la región americana, la OPS anunció el compromiso de compra de 100.000 dosis para los países que más las necesitaran, aunque todavía no se ha materializado.
“Nuestra preocupación es que si hay una vacuna debería ser para nosotros. Si hay un tratamiento, un protocolo, deberíamos recibirlo, porque estamos en la línea de frente, somos los primeros en intervenir”, concluyó Maloko.
Fuente: FRANCE24