* Eulogia cuenta como sobrevive ante la crisis económica y el efecto del D.S. 5503
Potosí, Kollasuyo Digital
Ella camina lentamente por la edad y porque de sus manos cuelgan dos baldes con agua y refresco, que vende a dos bolivianos a recorrer el centro de la colonial Villa Imperial.
Eulogía no subió el precio del refresco; pese a que el Gobierno promulgó el Decreto Supremo 5503 – el pasado miércoles –, el cual, elimina la subvención al diésel y la gasolina.
Entonces, los transportistas potosinos decidieron incrementar el pasaje de dos a cinco bolivianos para los adultos.
Posteriormente, mediante un acuerdo con la alcaldesa Lesly Flores Mollo, la tarifa para adultos bajo a tres bolivianos con cincuenta centavos.

Ella, con algo de timidez y completa sinceridad dijo: “yo sigo vendiendo refresco a dos bolivianos y por día vendo unos 50 a 60 bolivianos, pero a veces no hay venta, así estoy ganando”.
Consultada sobre el incremento de los pasajes del transporte urbano, responde: “exagerado es, mucho es”, a tiempo de indicar que vive en Alto Potosí – uno de los barrios más alejados del centro potosino – al cual, debe dirigirse, necesariamente, en bus.
Pero sus preocupaciones son mayores, sobre el dinero que recauda vendiendo refrescos revela: “con 50, no pues, no vivimos con eso, a veces por libritas estamos comprando; al día vivimos nosotros. Yo no tengo marido, mujer sola soy”.
“Así con mis refrescos, así con mis baldecitos chiquititos son”… “Yo cuatro hijos tengo”, añade la mujer de pollera en la plaza 10 de Noviembre, su habitual lugar de ventas.
“El Presidente nos ha engañado, ruina más peor, ahora nos ha hecho subir todo”, lamenta con impotencia.
Este testimonio refleja cómo viven miles de familias pobres en las ciudades del país, cuando los precios de los productos y servicios suben; pero los ingresos no. Eso no es justicia social…
Willy Alcocer Salas

