La cantante española destacó en una entrevista la importancia de realizar un detox digital para reenfocar la mente y reconectar con uno mismo. Los expertos explican cómo usar las redes sin descuidar la salud mental
Rosalía, la reconocida figura del pop español, presentó su nuevo álbum Lux, y ocupó un lugar destacado en los medios internacionales. En ellos contó cómo se inspiró en la mística femenina, tras el deseo de conectarse con algo superior. Pero no solo habló de música en los reportajes. Con su nueva obra reavivó el debate sobre la necesidad de reducir la exposición a estímulos digitales y recuperar la capacidad de concentración en un entorno saturado de información.
Así lo propuso en una entrevista para el podcast musical de The New York Times, Popcast, donde la cantante explicó su postura frente a la cultura de la inmediatez: “Cuanto más estamos en la era de la dopamina, más deseo lo contrario. Eso es lo que anhelo. A veces soy capaz de hacer el ejercicio de simplemente apagarlo todo y ver una película en un espacio oscuro de mi habitación”, dijo la cantante.
La entrevista abordó la dificultad de desconectarse del teléfono móvil incluso durante actividades sencillas. Ante la observación del periodista sobre lo complicado que resulta evitar mirar la pantalla, la artista reconoció: “Lo es. Pero por eso digo que tiene que haber algo que nos lleve allí. No sé si será así, pero al menos existe el deseo de que haya algo que te empuje a estar concentrado durante, con suerte, una hora en la que simplemente estés ahí. Sé que es mucho pedir, pero eso es lo que quiero”, afirmó Rosalía al medio estadounidense.
La propuesta de la cantante se sitúa en las antípodas de los hábitos cotidianos de la mayoría de las personas, que buscan distracción y entretenimiento a través del ‘scroll infinito’. ¿Por qué seguir su recomendación? La doctora Gabriela Gonzalez Alemán (MN 33343), experta en Genética del Comportamiento y neurocientífica, explicó a Infobae:

“Transitar por las redes sociales puede ser tan placentero, que el tiempo se nos pasa sin que nos demos cuenta. Pero como todos los placeres, a veces puede convertirse en displacer“.
¿Consecuencias? “El scroll infinito y la naturaleza adictiva de las plataformas alteran los circuitos de atención y de autorregulación. Esto no es casualidad, ya que las redes están especialmente diseñadas para captar nuestra atención. El cerebro, acostumbrado a recompensas inmediatas, pierde la tolerancia a la frustración y se vuelve más impulsivo”, expresó la doctora González Alemán.
Y completó: “Si a eso se suma la exposición constante a vidas perfectas y a cuerpos idealizados, el combo puede volverse verdaderamente tóxico. En el caso de los adolescentes, esto puede ser un escollo a la hora de formar una identidad sólida y una buena autoestima”, advirtió.

Además, la tarea de reducir la dependencia de la dopamina no es fácil. Este neurotransmisor, estrechamente vinculado al placer y al sistema de recompensa cerebral, se activa con cada notificación del teléfono, generando una necesidad constante de revisar la pantalla. El ciclo se repite: tras el breve placer, sobreviene una caída y la búsqueda de un nuevo estímulo, en un proceso similar al de ciertas sustancias adictivas.
Claudia Bregman, psicoterapeuta y supervisora, miembro de la Comisión Directiva de la Fundación Aiglé, señaló a Infobae: “Si bien el celular nos brinda muchísimos beneficios al mismo tiempo tiene una contracara que su uso durante el encuentro con familiares, amigos o en una conversación. A esto es lo que se llama phubbing, el acto de ignorar al compañero para prestar atención al celular. Esta es una consecuencia directa del uso problemático de los celulares. Cuando digo uso problemático quiero decir uso excesivo, a veces hasta llegar a lo adictivo”.
La psicoterapeuta completó: “Esta forma de proceder, nos acerca a quienes están lejos, pero uno de sus peligros es que nos aleja de quienes tenemos más cerca. Esta actitud puede estar deteriorando nuestra comunicación cara a cara y, sin duda, afecta las relaciones”.
Qué es la dopamina y cómo afecta el cerebro

A la dopamina se la llama “la mediadora del placer”, ya que se asocia con la sensación de logro, recompensa y felicidad. También es la responsable de sentimientos como el amor y del deseo sexual.
El doctor Claudio Waisburg, médico neurólogo y neurocientífico y director del Instituto Soma (MN 98128) explicó a Infobae: “La dopamina es conocida como el neurotransmisor del placer y la motivación. Cada vez que hacemos algo que disfrutamos (como comer algo rico o lograr una meta), el cerebro libera dopamina, generando esa sensación de recompensa que nos invita a repetir la experiencia”.
En la actualidad, los llamados ayunos de dopamina son furor en las redes sociales y buscan restablecer el sistema de recompensa del cerebro y disminuir la dependencia de actividades que generan una alta liberación de dopamina. Entre ellas se encuentra el uso de dispositivos digitales.
“Desintoxicarse” del celular, como pretende Rosalía, pretende eliminar esa estimulación continua de la dopamina al “scrollear” las redes, en busca de recompensa. ¿Por qué? La doctora González Aleman explicó: “Son muchas las veces en las que después de un rato de navegación, empezamos a sentirnos irritables o tristes. La ausencia de reacciones a una publicación, un comentario inesperado o un impacto menor al previsto, pueden llevar a las nubes nuestros niveles de ansiedad“.

La doctora explicó que nuestro cerebro está diseñado para buscar la aprobación social. “Cada ‘me gusta’ activa en el sistema nervioso una recompensa: un pequeño disparo de dopamina, el neurotransmisor que nos hace sentir placer y nos lleva a repetir los comportamientos que activan esa recompensa. Es lo mismo que pasa cuando ganamos un premio. Pero como cualquier sistema de recompensa, puede volverse disfuncional. Las redes nos ofrecen recompensas sociales fáciles, rápidas y constantes. El problema es que también nos exponen a la comparación, a la crítica, a la frustración y a la exclusión en tiempo real“.
Estudios recientes exploraron las emociones asociadas al uso de redes sociales.

Según un análisis de 2023, el aumento en el tiempo dedicado a redes sociales está vinculado con una disminución de la felicidad y la satisfacción con la vida. Otro estudio reveló que reducir el uso de estas plataformas mejora la salud mental, el compromiso laboral y la motivación personal.
Además, investigaciones sobre la llamada “paradoja de la felicidad” muestran que los usuarios tienden a creer que sus amigos en redes sociales son más felices que ellos mismos. Este fenómeno refleja cómo las publicaciones seleccionadas amplifican las comparaciones y distorsionan la percepción de la realidad.
¿Cuáles son los síntomas de que las redes nos están afectando? La doctora González Alemán dijo que hay que prestar atención a síntomas como “estar inestable, más irritable que lo normal, no dormir bien, no descansar bien, o levantarse cansado por la mañana. También si tengo el famoso FOMO, que es ‘fear of missing out’, que es ‘miedo a perderme de algo’. O sea, toda la realidad está en las redes y tengo miedo de perderme de alguna cosa por lo que debeo consultarlas todo el tiempo. Estos son algunos de los síntomas que podrían indicar que las redes no nos están ayudando”, alertó la especialista.
Como usar las redes y cuidar la salud mental

La doctora González Alemán afirmó que es posible usar las redes sociales de manera consciente y cuidando la salud física y mental. Estas son sus recomendaciones:
- Usarlas de manera activa y no pasiva. “Hay que pensar que todas estas plataformas utilizan algoritmos. Los algoritmos ayudan a profundizar en lo que ya se sabe que gusta, pero limitan la exploración. No tiene sentido decir que no se debe usar el teléfono o las redes, porque también son herramientas valiosas para la vida. Es importante no dejar que las redes decidan lo que se debe ver y no profundizar solo en lo que sugieren, sino utilizarlas para explorar y para interactuar”.
- Hacer un scroll activo. La especialista explicó que el objetivo de las redes es provocar engagement, es decir, que la gente participe. Por lo que recomendó solo mirar desde afuera, sino participar.

“Cuando se participa comentando, interactuando o generando contenido, y además se tienen otras actividades como trabajo o estudio, la interacción será menor. Esto ocurre porque no es una conducta pasiva, no se busca recibir dopamina continuamente, sino que se encuentra satisfacción en una interacción real, lo que implica más elaboración y menos tiempo de uso. Por eso, se recomienda hacer un scroll activo en vez de uno pasivo, ya que el uso pasivo se asocia a una disminución del bienestar”, afirmó.
- Seguir cuentas o contenidos que aporten. “Evitar los que restan energía positiva, las quejas constantes o estar pendiente de desgracias ajenas. Es mejor bloquear o silenciar todo lo que genere malestar. La idea es conectarse con contenidos inspiradores, especialmente los que no fomenten la comparación con personas ideales que no existen y perjudiquen la autoestima”.
- Establecer límites. “No utilizar una red social durante una reunión, aunque sea virtual. Las redes deben quedar para después. Es importante tener una conciencia clara de que nosotros controlamos esta actividad y no que la actividad nos controla. Apagar las notificaciones, es decir, no tener alertas para todo. Elegir cuándo entrar a las redes, en vez de recibir notificaciones constantemente”, dijo la doctora.
- Poner horarios. “Lo ideal es dejar de usar pantallas dos horas antes de dormir. Si no es posible porque se llega tarde o todavía hay que consultar cosas, incluso fuera de las redes, como mensajes, entonces sería bueno dejar de usar pantallas una hora o una hora y media antes de dormir. Usar el modo oscuro ayuda con la exposición a la luz azul y disminuir el brillo contribuye a que lo visual sea más tranquilo y no se genere esa luz que impide la liberación de melatonina, lo que afecta a la calidad del sueño”, concluyó.
Cómo aumentar la dopamina de manera natural

El doctor Waisburg brindó un “menú” de actividades naturales y saludables para elevar los niveles de dopamina:
1. Mover el cuerpo regularmente: “El ejercicio frecuente regula la dopamina de forma saludable y fortalece el cerebro, estimulando la creación de nuevas conexiones neuronales y protegiéndolo del deterioro”, explicó el médico.
2. Reír y disfrutar de momentos positivos: “¡La risa es medicina para el cerebro! Cuando sonreímos o nos reímos a carcajadas, desencadenamos la liberación de endorfinas y también de algo de dopamina”, señaló Waisburg.
3. Contacto físico y vínculos afectivos: Los abrazos, besos y muestras de cariño también son parte de este menú del bienestar, señaló Waisburg.

4. Lograr pequeñas metas y actividades creativas: “Cada vez que cumplimos un objetivo (aunque sea pequeño, como terminar un libro o cocinar una nueva receta), nuestro cerebro nos recompensa con un pulso de dopamina. Esto nos da satisfacción y motivación para seguir adelante. Por eso es útil ponernos pequeñas metas diarias o semanales: desde aprender algo nuevo hasta ordenar un espacio de la casa, cualquier logro puede aportar ese chispazo motivador”, dijo Waisburg.
5. Descanso adecuado, alimentación y mindfulness: “Cuidar el cuerpo es cuidar el cerebro. Dormir lo suficiente y tener un sueño reparador asegura que los niveles de neurotransmisores se restablezcan correctamente cada día. Hay que tener en cuenta que la falta de descanso puede desequilibrar tanto la dopamina como las endorfinas y hacernos más propensos al malhumor o la ansiedad”, indicó Waisburg.
Fuente: Infobae

