- El tiempo pasa y no se detiene ante nada, pero hay cosas que se quedan perennes en nuestra vida, marcadas para siempre.

VIVENCIAS DE UN CAMAROGRAFO
El tiempo pasa y no se detiene ante nada, pero hay cosas que se quedan perennes en nuestra vida, marcadas para siempre.
Don Omar su recuerdo alumbra mi vida, como cuando estaba vivo, han pasado siete años desde que te fuiste, parece ayer, ese día aciago que la parca te llevó sorpresivamente y con eso se llevó una parte de mi vida.
Hoy pretendo rendirle un homenaje sincero, que sale del fondo de mi alma, para agradecerle por todo lo que nos brindaste, lo que nos enseñaste en nombre de la amistad.
Pasaron las horas, los días, las semanas y los meses, recién empecé a comprender el gran vacío que dejo en mi vida y en esta ciudad, a la que tanto amo.
Hoy con mi corazón partido, que no entiende que se fue para siempre. Me permito contar parte de la vida de esa persona que me inculcó valores, formó mi espíritu, aportó a mis principios en este mundo del periodismo. A esa persona que fue Mi Maestro, Mi Cómplice y Mi Amigo.
Corría el año 1999… Yo empecé a trabajar en canal 13 de la ciudad de Potosí. El Director del canal. Me dio la tarea de ir a recoger noticias a la calle como camarógrafo. Haciendo mis primeras armas, un día acompañe al jefe de prensa; don Gastón Noya como su camarógrafo.
Él me introdujo a ese fascinante mundo de los periodistas. Empecé a ver a cada uno de ellos. Pero en particular a don Omar Velasco, que era un periodista muy famoso y una persona muy dura y seca, además de muy orgulloso, muy difícil de hacerse amigos. En cada oportunidad que tuve, intenté hablarle, pero no me respondía, se alejaba.
Me dejaba con la palabra en la boca, realmente difícil conseguir la amistad de don Omar.
Hasta que un día en un acto de la Casa de la Moneda, don Omar hiso uso de la palabra y uno de los pocos que cubrió la noticia fui yo, en la noche pasamos el reportaje por canal 13.
Al día siguiente fui a trabajar a la oficina de la prensa. “La Plaza”. Estaba haciendo notas, cuando de pronto se acercó a mí y dijo, Celso ayer grabaste el acto de la Moneda, ¿me lo puedes copiar y me dices el precio? Yo me quedé atónito, don Omar el gran Periodista me estaba hablando, además sabía mi nombre, me sentí importante, además de orgulloso.
Le replique sin pestañar: mañana se lo traigo. Y se alejó sin decirme nada.
Al día siguiente, lo primero que hice; fue buscarle a don Omar y entregarle el video V.H.S. (video de la época). Él me agradeció y dijo cuanto te debo. Yo conteste que nada, que era un cariño personal, me vio fijamente y dijo: yo no recibo regalos de nadie, así que cuanto te debo…
Volví a decirle que nada. Él me inquirió con la mirada y preguntó: ¿nada? Nada, sólo su amistad, el precio que debe pagarme es su amistad, contesté.
Me miro y se rio y dijo: mi amistad se la gana, pero lo consideraré y me dio la mano. En ese momento nacía un cariño puro y sincero que traspasará el tiempo, incluso más allá de esta vida, que hoy nos acoge.
Siempre le veía aparecer por la esquina de Radio Kollasuyo, camino a la Gobernación a reunirse con los compañeros de prensa y dar la agenda del día, para los que no escucharon en el desayuno de papel.
Al poco tiempo, yo entré a trabajar a la Prefectura como camarógrafo, por el vínculo de mi trabajo con la prensa. Todos los días solíamos encontrarnos en la plaza donde todos los periodistas se reúnen cada mañana, analizando la coyuntura actual.
Don Omar siempre era el que dirigía las charlas, contaba las anécdotas del pasado, cada día yo me daba cuenta que estaba frente a una gran personalidad que sabía de todo, hablaba con gran precisión de cualquier tema, era un hombre culto. Contaba las historias del pasado con gran pasión. Y me inculco el amor por esta tierra bendita. Poco a poco fui ganando la confianza de don Omar. Fui su compañero de viaje en varias ocasiones, (hasta su compañero de cuarto) en varios lugares del Departamento de Potosí.
Pero recuerdo una en especial, uno que realizamos a las vertientes del Silala, donde nos perdimos y no pudimos llegar con toda la delegación. En una de las paradas don Omar me llamó y me dijo: Celso ven, comeremos yo traje cornevic y pan, lo compartiré contigo.
Le agradecí porque yo estaba muerto de hambre. Él sació mi hambre…
En otra oportunidad, yo trabajaba junto al periodista Erwin Valda, que era el Director de Comunicación de la Gobernación, e hice la cobertura de la posesión de autoridades originarias que se realiza cada 6 de enero en Potosí, en ese tiempo se lo realizaba en la Plaza 10 de Noviembre.
Dos turistas extranjeros, se me acercaron y dijeron: quiero que me des una copia, te pagaremos, es algo lindo, ¿dónde te buscamos? En la prefectura, respondí.
Al día siguiente en la tarde, en la oficina de comunicación, cuando estábamos reunidos Erwin Valda, Don Omar y yo, recibimos la visita de los turistas del día anterior.
Me preguntaron si ya había copiado el video, les dije que esperaran e hice la réplica en un video V.H.S. y les entregué a los turistas.
Ellos me preguntaron cuanto me debían; yo les contesté que nada y su pago era que muestren en su país nuestra cultura. Los gringos no lo podían creer, quedaron realmente agradecidos y admirados por mi gesto.
Cuando se fueron los gringos, Don Omar me dijo: eres un cojudo como le vas a regalar, con eso podíamos comer unos platos y otras cosas, Erwin también me reprochó. Me sentí mal.
Al día siguiente, don Omar entró a la oficina de comunicación, me saludó y se sentó. Y dijo: Celso, ayer me diste una muestra de tu persona, te reñí, yo te estaba estudiando, hoy vengo a felicitarte por tu actitud, por tu honestidad, con esa plata podríamos comer varios platos; pero tus valores y tú honradez te compensará con miles de platos, que no tendrán precio. ¡Bien Celso!, dijo. Yo me quedé perplejo…
Una mañana, don Omar se acercó y me pidió: Celso anda a comprármelo el periódico, claro con gusto asentí y corrí a comprarle el periódico, cuando volví me preguntó ¿que viste Celso?
No vi nada, el replicó: ¿en toda la cuadra no viste nada?, sí; le dije. Entonces dijo, recorriste una cuadra y ¿no viste nada? Eso no puede ser; Celso tu eres camarógrafo, tienes un tercer ojo, así que tienes que poner atención en todo lo que vez y desde entonces sigo su recomendación, desarrollé el tercer ojo.
En otra oportunidad le conté que había jugado jayhuanacu con varias compañeras de trabajo y me dieron el último número; pero nunca me entregaban, el plazo de la entrega había pasado superabundantemente y no me entregaban…
Don Omar me dijo: tranquilo, mañana te lo entregarán. Al día siguiente escuché en el Desayuno de Papel, que se dirigía a la audiencia explicando el juego del Jayhuanacu y posteriormente dijo: En instituciones públicas se juega este juego por libre voluntad, pero en una institución de la plaza no se cumple con este juego, imagínese si no cumplen con este juego. Como serán en su trabajo, mañana les diré de qué institución se trata.
Ese día fui a la oficina de la Gobernación ni bien estaba entrando la señorita del Jayhuanacu se me acercó y me entregó el dinero. Yo me dije, don Omar hizo funcionar su magia. Así era don Omar.
Un día, invite a don Omar a celebrar mi cumpleaños junto a Erwin Valda, a pesar de que era yo el festejado, el dedicado fue él, porqué ese día le dedique, junto a mi guitarra, el tema: Amigo de Roberto Carlos. Ese día, esa canción salió del fondo de mi alma y terminó de cautivarle mi amistad pura y sincera.
Con el compartí demasiadas cosas, hasta las tardes de sauna de los domingos. Donde nunca paraba de inculcarme los valores, me decía eres un gran hijo junto a tu esposa. Vi como cuidaste a tu madre hasta sus últimos días, eres un gran hijo y tú esposa una gran mujer. Tu madre se tiene que sentir contenta.
Un día volví de un torneo deportivo nacional de la prensa y por suerte salí Campeón Nacional de Ajedrez de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia y me puse a escuchar el Desayuno de Papel. Escuché con gran orgullo que decía mi amigo, Celso Durán, es campeón nacional de ajedrez de la prensa de Bolivia y me vitoreaba, yo me sentí el hombre más alagado por mi maestro.
Generalmente yo paso desapercibido en el mundo de la prensa, porque sólo soy un camarógrafo, siempre estoy detrás de la noticia; pero el 10 de Mayo de 2017, me invitó al Desayuno de Papel, ese día se recuerda el Día del Periodista. Junto a Paola Ibarra de Radio Aclo, ese día hizo un homenaje a la prensa y cuando terminaba la entrevista me dio su último legado y un mensaje eterno: me entregó un bolígrafo Parker.
Dijo: creo que ya aprendiste a escribir y este bolígrafo será tu apoyo, escribe Celso. Escribe tus historias. Son historias de vida, no te lo guardes, sonrió y me miró fijamente. Y me abrazo con cariño…
Yo le filmé muchas veces, pero lo que no sabía es que, al filmarle le estaba robando la historia de su vida, al mismo tiempo, porque hoy don Omar sigue vivo en mis videos, sólo se fue de cuerpo, su espíritu continúa recorriendo las calles de esta Villa Imperial a la que tanto amo y hoy escribo mis historias como él me demandó…
SALUDOS DON OMAR, DONDE QUIERA QUE SE ENCUENTRE…OMAR VELASCO HIGUERAS, VALE UN POTOSÍ….
CELSO DURÁN SANCHEZ.

