En Potosí la educación vive una paradoja que raya en el absurdo. Padres de familia bloquean calles y tomaron la Alcaldía exigiendo nuevas escuelas o refacción de unidades educativas, mientras al menos dos modernas infraestructuras permanecen cerradas y vacías.
El gobernador Marco Copa develó que la Unidad Educativa Ticka Loma y otra en Alto Potosí, recientemente inauguradas, no tienen ni un solo estudiante, pese a contar con coliseos, laboratorios, ambientes nuevos con calefacción incluida están deshabitadas.
La inversión de millones de bolivianos terminó convertida en elefantes blancos, mientras cientos de niños siguen estudiando en condiciones precarias o directamente sin aulas.
Para Copa, el problema responde a la falta de coordinación entre Alcaldía y Dirección Departamental de Educación, donde priman decisiones improvisadas y cálculos políticos en lugar de un verdadero plan de desarrollo.