Solo el 37% de las personas de entre 18 y 64 años reportó haber tenido sexo al menos una vez por semana, una cifra notablemente inferior al 55% registrado en 1990
La actividad sexual de los estadounidenses ha alcanzado mínimos históricos, situándose incluso por debajo de los niveles registrados durante la pandemia de Covid-19, según informó The Wall Street Journal en base a un nuevo estudio liderado por investigadores del Institute for Family Studies (IFS). El informe, titulado “The Sex Recession” (La recesión sexual), analizó datos recabados en el General Social Survey 2024 de NORC en la Universidad de Chicago, publicado en mayo.
Los resultados muestran que solo el 37% de las personas de entre 18 y 64 años reportó haber tenido sexo al menos una vez por semana, una cifra notablemente inferior al 55% registrado en 1990. El descenso es aún más marcado entre los adultos jóvenes: el 24% de los encuestados de 18 a 29 años indicó no haber tenido sexo en el último año, el doble que en 2010.
La disminución en la frecuencia sexual afecta a todos los adultos de hasta 64 años, independientemente de su orientación sexual, estado civil o género. Entre quienes superan esa edad, los investigadores no observaron cambios significativos, ya que este grupo reporta niveles bajos de actividad sexual históricamente.
Los expertos atribuyen esta tendencia a varios factores persistentes. Entre ellos destacan la caída en las tasas de matrimonio y convivencia, ya que quienes viven en pareja tienden a tener mayor actividad sexual. Además, la adicción a las pantallas condiciona el tiempo dedicado a las relaciones interpersonales. “Las personas están haciendo ‘bedrotting’”, señala Brad Wilcox, director del National Marriage Project de la Universidad de Virginia y coautor del estudio junto al IFS, en referencia al hábito de pasar largos períodos usando dispositivos en la cama.
El informe señala que, tras un breve repunte después del periodo más estricto de la pandemia, la frecuencia sexual ha vuelto a situarse por debajo de los niveles previos al Covid-19. Según diversos expertos y terapeutas consultados por el diario, la sociedad enfrenta actualmente un estado de “malaise pospandémico”, una mezcla de dificultad para reconstruir la vida social, estrés laboral y una sensación de incertidumbre.

Shadeen Francis, terapeuta de relaciones en Filadelfia, afirma que se observa una “atrofia prolongada de las habilidades necesarias para mantener relaciones”. Para Lee Phillips, terapeuta sexual en Nueva York, un estado constante de alerta ante el caos social interfiere en la intimidad. Justin Garcia, director ejecutivo del Kinsey Institute en la Universidad de Indiana, añade: “Si estás agotado y distraído, ¿quieres tener sexo esta noche? ¡No!”.
Las razones mencionadas por los entrevistados para la disminución de la actividad sexual incluyen el cansancio asociado a la crianza, problemas de pareja o edad, junto a factores contemporáneos como la ansiedad económica, el estrés informativo y el uso excesivo de pantallas. Plataformas como Netflix, Xbox y X (antes Twitter) han sido señaladas como causantes de distracción.
Algunas personas prefieren dormir antes que mantener relaciones sexuales. Varias mujeres entrevistadas manifestaron preocupación por los derechos reproductivos, mientras que numerosos solteros abandonaron las citas por el elevado costo o por experiencias insatisfactorias.
Cameron Chapman, escritora tecnológica de 41 años en Vermont, comenta: “Definitivamente extraño el sexo, pero no quiero sacrificar mi independencia y libertad por una relación”.
