Según las primeras investigaciones, los indicios apuntarían a un posible suicidio
El pasado martes 8 de julio un hombre de 35 años falleció tras ser succionado por el motor de un avión en el Aeropuerto de Milán Bérgamo, cuya actividad quedó suspendida durante casi seis horas tras el incidente. La víctima, que no formaba parte de la plantilla del aeropuerto ni estaba registrado como pasajero en ninguno de los vuelos programados, habría conseguido acceder a la pista tras burlar los controles.
Según las primeras investigaciones, las autoridades apuntan a que podría tratarse de un suicidio, ya que el individuo accedió de forma deliberada a la zona de rodaje sin autorización.
El Airbus A319 de la compañía Volotea, que viajaba desde Milán a Asturias, se encontraba realizando la maniobra de retroceso previa al despegue cuando ocurrió el incidente. “Estábamos dentro del avión, a punto de despegar con los motores encendidos, y vino una persona corriendo hacia nosotros. Se coló por debajo del avión y, de repente, sentimos una vibración muy fuerte, la gente se llevó las manos a la cabeza y se agachó”, relata una de las pasajeros del vuelo, según ha recogido el diario catalán Regió7.
Tras ese momento de desconcierto, el comandante del avión salió e informó de que se había producido “una tragedia”, “un accidente muy grave”. “Primero sentimos incredulidad porque no podíamos creer lo que había pasado. Queríamos pensar que era otra cosa, hasta que nos dimos cuenta de la realidad”, explica también otro de los viajeros, que iba a Asturias de vacaciones con su familia.
La tripulación del avión pidió a los pasajeros que cerrasen las ventanillas porque “lo que había era muy desagradable”. Pronto empezaron a llegar los bomberos, las ambulancias y la policía, y los 154 pasajeros del vuelo, así como los 6 miembros de la tripulación, fueron desembarcados de forma inmediata. “Hemos bajado por el ala derecha, que era donde había ocurrido el incidente, y los bomberos nos han hecho el pasillo hasta abajo con todo tapado. Ha sido bastante duro”, admite una de las viajeras.
Todos los testigos fueron trasladados a una zona habilitada, donde se les proporcionó provisiones y apoyo psicológico: “Tenemos que agradecer que Volotea nos ha dado mucho apoyo en el aeropuerto. Nos han dado comida, bebida, han estado con los niños, servicio médico… Nos hemos sentido muy respaldados”, agradecen los pasajeros. La situación, sin embargo, provocó un profundo desconcierto y shock a muchos de ellos: “Fue terrible, solo deseamos llegar a casa”.
El vuelo llegó a su destino, al aeropuerto asturiano de Santiago del Monte, cinco horas después de lo previsto. Tras la tragedia sucedida, los pasajeros debieron esperar en el aeropuerto hasta que finalmente el avión salió hacia España a las 16.45 horas, aterrizando un poco antes de las 19.00 horas.
Andrea Russo, la víctima del suceso
Según han informado medios italianos como Il Corriere della Sera, la víctima se llamaba Andrea Russo, un hombre de 35 años de la localidad italiano de Calcinate, cerca de Bérgamo.

Había llegado al aeropuerto en su coche, que había dejado aparcado en sentido contrario a la circulación, frente a la terminal de llegadas y con las llaves puestas.
Tras el suceso, la Fiscalía italiana ha abierto una investigación para comprobar si la muerte fue un suicidio premeditado y si hay posibles fallos en los protocolos de seguridad que deben subsanarse.
Fuente: Infobae