Por: Waldo Vargas Reyes
KOLLASUYO (RK 93) Dentro del calendario litúrgico cristiano, los pueblos del Sur de Bolivia: Potosí, Chuquisaca y Tarija, comenzaron a vivir la Semana Santa con mucha devoción cultural donde se llevan diferentes actividades para conmemorar: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Se recordara las catorce estaciones y las tres caídas que sufrió Jesús, en la Viacrucis que, nos recuerda la “fragilidad humana”; es decir que, Jesús, cae porque nuestra humanidad es débil, porque el camino de la justicia y la paz es un camino que exige mucho, y muchas veces nos hace caer. Pero la enseñanza no es solo las caídas, sino la capacidad de levantarse y la resistencia del amor. Aunque parece que todo está perdido, Jesús no se rinde.
En ese escenario y a pesar de que el Vaticano informo que el Papa Francisco no participaría en la Misa del Domingo de Ramos, éste gran hombre, primer Papa Latinoamericano, que aun refleja el espíritu de la “opción por los pobres” y parte de la Teología de la Liberación. Así convaleciente de una grave afección respiratoria, sorprendió a los fieles al presentarse inesperadamente en la Plaza de San Pedro en silla de ruedas, marcando una significativa aparición pública que causo mucha alegría.
De acuerdo a la Viacrucis que recordaremos y viviremos los pueblos del Sur, Bolivia, Latinoamérica y el Mundo, deseo compartir algunas palabras del Papa Francisco que nos dice: “El Viacrucis no es solo la memoria de un sufrimiento pasado, sino la contemplación de Cristo que sigue cargando la cruz en los crucificados de nuestro tiempo: los pobres, los migrantes, las víctimas de la violencia, los descartados, y la creación que también sufre la explotación. La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña que la fe debe traducirse en obras de justicia, en defensa de la dignidad humana y del bien común. El Sínodo nos invita a caminar juntos, escuchándonos mutuamente, especialmente a quienes han sido marginados de la Iglesia y de la sociedad”
De ahí que, en medio de la oscuridad y la crisis, Dios no abandona a su pueblo y esta Viacrucis debe ser el camino de conversión personal y social, que sus caídas nos enseñen a descubrir nuestros propios caminos con la cruz y al mismo tiempo, asumir mayor compromiso con nuestra gente que sufre para construir un mundo más justo y humano.
Pueblos del Sur, 14 de abril de 2025.