Las mascotas ocupan un lugar central en los hogares argentinos. Un reciente estudio reveló que el 75% de los argentinos considera a sus perros y gatos como verdaderos hijos, reflejando una profunda transformación en la relación entre humanos y animales de compañía.
Un fenómeno en crecimiento
Este fenómeno responde a múltiples factores, entre ellos el crecimiento de los hogares unipersonales, la postergación de la maternidad y la paternidad, y el impacto emocional positivo que brindan las mascotas. “Mi perro es como un hijo para mí. Le doy los mismos cuidados y afecto que le daría a un niño”, expresó Sofía, una joven de 32 años que convive con su mascota en la Ciudad de Buenos Aires.
Redes sociales y mascotas influencers
Además, las redes sociales potenciaron esta tendencia. Perros y gatos tienen perfiles propios en plataformas digitales, y sus dueños comparten momentos de su vida cotidiana como si fueran miembros más de la familia. “Le festejamos el cumpleaños con torta y todo. Es parte de la familia y se merece lo mejor”, contó Martín, dueño de un gato que acumula miles de seguidores en Instagram.
El impacto en la salud y el bienestar
Especialistas en comportamiento animal destacan que, si bien el afecto es fundamental, es clave respetar las necesidades y naturaleza de cada especie. “Es positivo que las personas vean a sus mascotas como parte de su núcleo familiar, pero siempre debemos recordar que tienen necesidades propias y debemos garantizarles una vida equilibrada”, explicó la veterinaria Laura Fernández.
Asimismo, diversos estudios señalaron los beneficios de convivir con mascotas en la salud mental y física de las personas. Reducen el estrés, combaten la soledad y fomentan hábitos saludables como la actividad física y la interacción social.
Un cambio cultural en ascenso
Este cambio cultural sigue en ascenso y demuestra que el vínculo entre humanos y mascotas es cada vez más estrecho, con implicaciones tanto emocionales como económicas en la sociedad argentina. El concepto de “familia multiespecie” se afianza y redefine los lazos afectivos dentro del hogar moderno.