Hasta el 11 de marzo, la capital francesa reúne a más de 100 firmas en un evento marcado por las grandes casas de lujo y la presencia de diseñadores emergentes que desafían los códigos fashionistas
La Semana de la Moda de París se lleva a cabo desde el 3 y hasta el 11 de marzo. De este modo, la capital francesa deja su icónico nombre como ciudad de la luz para convertirse, una vez más, en el epicentro de la creatividad, la elegancia y el mundo fashionista.
Con 71 desfiles y 37 presentaciones, esta edición reúne a más de 100 marcas. Desde las casas de moda más icónicas hasta los diseñadores emergentes que buscan dejar su huella en la industria y cada pasarela ofrece una visión a lo más destacado de la próxima temporada. La fusión entre tradición y vanguardia marca un evento que aún es el más esperado del circuito internacional.
Este año, el calendario parisino está dominado por las grandes firmas como Dior, Chanel, Louis Vuitton, Saint Laurent y Valentino, además de la presencia destacada de Givenchy, Loewe, Dries Van Noten, Tom Ford y Alaïa.
A la par, nombres emergentes como Victor Weinsanto, Marine Serre, Ludovic de Saint-Sernin y Coperni apostaron por propuestas innovadoras, consolidando la Semana de la Moda de París como la única capaz de combinar el lujo institucional con la frescura de nuevas generaciones.
Dior y el último desfile de Maria Grazia Chiuri: un homenaje a la identidad fluida
En un ambiente místico creado por el escenógrafo Robert Wilson, el desfile se desarrolló en una sala oscura iluminada con luces azules, donde un columpio de madera y la melodía de un piano envolvieron a los asistentes en una atmósfera de cuento clásico con un giro futurista.
Las prendas fusionaron referencias del barroco y el renacimiento con elementos modernos, generando un diálogo entre el pasado y el presente. Camisas con volantes, chaquetas de estilo militar y pantalones de corte sastre convivieron con piezas más actuales como botas altas, corsés reinterpretados y blusas con mensajes gráficos.
A medida que la pasarela avanzaba, los diseños adquirieron un aire más vanguardista con gabardinas deconstruidas, abrigos oversize y vestidos ajustados a la cintura, una clara referencia al histórico New Look de Dior, pero modernizado para la mujer contemporánea.
Los tejidos también jugaron un papel crucial en la propuesta de Chiuri, con el tul, las transparencias y los encajes como protagonistas de un desfile que combinó delicadeza con fuerza. La colección cerró con imponentes vestidos de inspiración medieval en tonos suaves como el rosa palo, complementados con accesorios como guantes largos de piel.
Con la presencia de celebridades como Natalie Portman, Lily James y Olivia Palermo, el desfile de Dior no solo reafirmó el legado de Chiuri en la casa, sino que también planteó preguntas sobre el futuro de la firma en caso de su partida.
Stella McCartney reinventa la moda laboral con un enfoque sostenible
La diseñadora británica Stella McCartney sorprendió en la Semana de la Moda al transformar un edificio de oficinas en “STELLACORP”, un concepto que re-imaginó la moda laboral desde una perspectiva moderna y sostenible.
En este espacio, que simulaba un entorno corporativo, McCartney presentó su colección Otoño-Invierno 2025, con propuestas que combinan la funcionalidad de la vestimenta de oficina con la sensualidad y la fluidez de la alta costura.
Los diseños incluyen trajes a medida, abrigos largos y blazers estructurados, en una paleta de colores neutros contrastada con tonos vibrantes de rojo y verde esmeralda.
Faldas midi y pantalones amplios redefinieron el equilibrio entre comodidad y elegancia, mientras que los cortes modernos aportaron una visión fresca a la ropa de trabajo tradicional.
Fiel a su compromiso con la moda sostenible, McCartney utilizó materiales alternativos y libres de cuero y pieles, manteniendo su filosofía de respeto por el medio ambiente y el bienestar animal.
Entre los asistentes al desfile destacaron figuras como Cameron Diaz, Ice Spice, Kate Moss, Anna Wintour y la primera dama de Francia, Brigitte Macron, consolidando el evento como una de las presentaciones más exclusivas de la semana.
Alain Paul: dramatismo, volumen y una estética vanguardista
El diseñador francés Alain Paul presentó una colección marcada por el dramatismo y la exploración de volúmenes.
Con una paleta sobria y una atención minuciosa a la estructura de las prendas, su propuesta destacó por la fusión de lo fluido y lo rígido, creando siluetas conceptuales que desafiaron la percepción convencional de la moda.
Entre las piezas más llamativas se encontraron blusas con volantes desestructurados, trajes masculinos oversize y diseños con efecto burbuja, que jugaron con la idea de la deformación y la reconfiguración de las formas clásicas.
Su apuesta por los contrastes, entre tejidos livianos y estructuras más sólidas, dio lugar a una colección que encapsuló el espíritu vanguardista de la Semana de la Moda.
Marie Adam-Leenaerdt y la moda como ilusión arquitectónica
La diseñadora belga Marie Adam-Leenaerdt llevó el concepto de dualidad a un nuevo nivel con su colección presentada en la Galerie Paradis, un espacio subterráneo que sirvió como escenario para una experiencia sensorial única.
Su desfile se basó en la idea de la transformación: cada silueta tenía dos pasajes, revelando una segunda faceta oculta que desafiaba la percepción tradicional de la vestimenta.
Las primeras prendas desfilaron con líneas monolíticas y una fuerte inspiración arquitectónica. Abrigos estructurados, trajes y vestidos con hombros marcados y tejidos densos crearon una estética escultórica que enfatiza la forma del cuerpo.
Sin embargo, el punto culminante del desfile llegó con la segunda pasada de cada look, en la que los diseños se presentaban al revés o con detalles inesperados. Estampados de leopardo, flores y cortes asimétricos irrumpieron en la sobriedad inicial, transformando cada pieza en un objeto dinámico y en constante cambio.
La colección de Adam-Leenaerdt no solo exploró la relación entre interior y exterior, forma y función, sino que también rindió homenaje al proceso de creación de moda con referencias a los portatrajes y la construcción artesanal de las prendas.
Victoria Beckham: minimalismo y sastrería impecable
En un edificio industrial en desuso, Victoria Beckham presentó una colección centrada en la estructura y el refinamiento. La pasarela, desprovista de decoración, permitió que las prendas hablaran por sí solas.
Trajes de corte limpio, abrigos largos y vestidos de silueta esbelta marcaron la estética sobria.
Los detalles en los cuellos y los bajos de las prendas aportaron un toque distintivo: dobladillos curvados, cuellos elevados y mangas arremangadas dieron movimiento a las piezas.
Entre los diseños más llamativos destacaron un abrigo de cuero en tono topo y gafas de formas redondeadas que reforzaban la identidad sofisticada de la colección.
Beckham logró consolidarse en la Semana de la Moda de París con una visión elegante y depurada. Su propuesta demuestra que el minimalismo puede ser expresivo, con prendas pensadas para una mujer que valora la precisión y la versatilidad en su vestuario. Entre los asistentes al desfile se encontraban su familia, con David y Harper Beckham en primera fila.
Issey Miyake: tejidos en constante transformación
En el Carrousel du Louvre, Issey Miyake presentó una de las colecciones más experimentales de la temporada.
El desfile comenzó con bailarinas que, en un gesto performático, se vestían sobre la pasarela con prendas de punto estructuradas, explorando la línea entre la moda y la escultura.
Las piezas jugaron con efectos visuales y texturas inesperadas. Vestidos camiseros parecían transformarse a medida que avanzaban los modelos, mientras que tejidos plisseados y chaquetas masculinas invertidas desafiaban la percepción tradicional del diseño.
La experimentación con materiales también estuvo presente en blazers de poliuretano que moldeaban la figura de forma arquitectónica.
El compromiso de la firma con la sostenibilidad se reflejó en piezas realizadas con materiales reciclados y en accesorios como bolsas de tela convertidas en tops. Con una estética que combina lo abstracto y lo funcional, la colección reafirmó su lugar como referente en la innovación textil. Al final del desfile, Satoshi Kondo, director creativo de la firma, recibió una ovación de pie por parte del público.
Hermès: clasicismo y lujo ecuestre
La pasarela de Hermès, bajo la dirección de Nadège Vanhée-Cybulski, se instaló sobre una pista de tierra en la Garde Republicaine, un guiño a su legado ecuestre.
Con muros curvos cubiertos de fieltro, el espacio servía de fondo para una colección dominada por el cuero.
Las modelos desfilaron con botas de montar y prendas de siluetas definidas: chaquetas acolchadas, abrigos largos con cremalleras en la espalda y pantalones ajustados.
Entre las piezas clave destacaron faldas con flecos, microshorts y blazers estructurados. Los guantes largos y los suéteres superpuestos a modo de bufandas aportaron dinamismo a los conjuntos.
Aunque el negro fue el color predominante, algunos diseños se presentaron en beige, verde intenso y estampados marmolados. La propuesta de Vanhée reafirmó la identidad de Hermès como sinónimo de lujo atemporal, diseñado para quienes buscan prendas tan funcionales como exclusivas.
Valentino: una exploración de la intimidad y la teatralidad
Alessandro Michele eligió un escenario inesperado para su colección Otoño-Invierno 2025 de Valentino llamada “Le Méta-Théâtre des Intimités”.
En un espacio iluminado con luces rojas y ambientado como un vestuario o un baño de club nocturno, el diseñador exploró los límites entre lo público y lo privado.
Los modelos emergieron de las cabinas o se contemplaban en los espejos mientras sonaba “Gods & Monsters” de Lana del Rey, reforzando la idea de que la intimidad es también una forma de puesta en escena.
“Ninguna intimidad puede desnudarnos por completo, ningún velo puede rasgarse para mostrarnos ante nuestro verdadero yo. Porque la idea de que existe un yo auténtico, intacto por la vida y sus determinaciones, es engañosa”, escribió Michele en sus notas del desfile.
Los atuendos fusionaron transparencias, lencería y prendas deportivas con referencias a la sastrería clásica. Vestidos de día inspirados en los años 40, trajes retro y diseños pensados para la noche, como tops strapless combinados con jeans, convivieron en la pasarela.
Michele recuperó elementos característicos de su estética, como los estampados de diamantes de su debut en la alta costura y los motivos animales.
La colección apostó por la extravagancia con mangas adornadas, volúmenes exagerados y accesorios como sombreros de ala ancha y bolsos de asa corta. Con esta propuesta, el diseñador reafirmó su visión: si la vida es una representación constante, la moda debe ser su mejor vestuario. Entre los asistentes al desfile destacaron Chappell Roan, Barry Keoghan y Parker Posey.
La Semana de la Moda de París 2025 demuestra, una vez más, por qué sigue siendo la cita más relevante del sector. Con la combinación de grandes casas de lujo y talentos emergentes, la edición de este año está marcada por el cambio y la experimentación. Desde la reflexión sobre la identidad en Dior, hasta la moda sostenible de Stella McCartney y las propuestas vanguardistas de Alain Paul y Marie Adam-Leenaerdt, y los siempre vigentes Hermès y Valentino, París continúa liderando la conversación global sobre el futuro del diseño.
Fuente: INFOBAE
