Un reciente estudio publicado en la revista Circulation ha revelado que incluso sesiones breves de ejercicio pueden desencadenar cambios en el cuerpo humano, afectando cientos de moléculas en el torrente sanguíneo relacionadas con la salud metabólica. Según informó el New York Times, esta investigación, llevada a cabo por científicos del Hospital General de Massachusetts y otras instituciones, analizó a más de 1.000 participantes para comprender cómo se modifica los niveles de metabolitos, moléculas clave en procesos metabólicos.
Los hallazgos sugieren que estas alteraciones moleculares podrían estar vinculadas a una mejor salud y longevidad, aunque los investigadores advierten que aún se necesitan más estudios para confirmar estas conexiones.
El cuerpo humano se adapta al ejercicio desde los primeros minutos de actividad. Antes de comenzar a sudar, el organismo ya se prepara para el esfuerzo físico mediante un “aumento anticipatorio” de la frecuencia cardíaca, impulsado por la norepinefrina, una hormona del estrés.
Este proceso, según explicó a National Geographic Matthew Lancaster, profesor de fisiología del ejercicio en la Universidad de Leeds, asegura que los músculos reciban los nutrientes necesarios para el movimiento. Durante los primeros minutos de ejercicio, la frecuencia cardíaca puede aumentar entre 20 y 50 pulsaciones por minuto, mientras que la presión arterial sistólica también se eleva, lo que incrementa el flujo sanguíneo hacia los músculos.
Heather Shenkman, cardióloga en California, explicó a ese medio que el cuerpo redirige el flujo sanguíneo desde órganos como los intestinos hacia los músculos esqueléticos, optimizando el suministro de oxígeno y glucosa. Además, los músculos activan sus reservas de fosfocreatina, una fuente de energía inmediata que permite iniciar el movimiento.
Según contó a National Geographic John Burke, director médico de AXA Health, el sistema respiratorio también se adapta rápidamente, aumentando la capacidad pulmonar para satisfacer la demanda de oxígeno, mientras elimina el dióxido de carbono generado por el esfuerzo.
El cerebro, por su parte, también experimenta cambios. Así, el ejercicio estimula la neuroplasticidad, lo que mejora la capacidad de aprendizaje y la memoria. La psicóloga Ritz Birah señaló a National Geographic, que durante los primeros minutos de actividad física se inicia la neurogénesis, es decir, la formación de nuevas neuronas, especialmente en el hipocampo, una región clave para la memoria.
Además, el ejercicio libera endorfinas, que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo, aunque la rapidez con la que se producen estos efectos puede variar entre individuos.
En cuanto a los resultados visibles del ejercicio, el tiempo necesario para notar cambios depende de factores como la condición física inicial, los objetivos planteados y la constancia. Según contó a ese medio, Julia Ndocky Ribas, entrenadora personal en Metropolitan, los entrenamientos de fuerza suelen mostrar resultados a partir de las 6-8 semanas, mientras que los ejercicios cardiovasculares pueden generar mejoras en 4-6 semanas.
Por su parte, Sara Álvarez, fundadora del método Reto 48, enfatizó la importancia de la disciplina y el compromiso para alcanzar los objetivos, señalando que en 48 días es posible observar mejoras significativas en la capacidad pulmonar, la fuerza y el sistema circulatorio.