Potosí ha realizado un significativo aporte a la economía boliviana a través de los impuestos generados por la actividad minera, sin embargo, la región parece no haber recibido una retribución equitativa a lo largo de los últimos 23 años. La analogía del “pan” ilustra la magnitud de esta contribución.
Desde el año 2000 hasta el 2023, la minería en Bolivia generó un total de 3.400 millones de dólares en impuestos. Esta suma, comparable a un “gran pan”, podría haber financiado la construcción de más de 120 hospitales en el país.
De este total, Potosí aportó 2.300 millones de dólares, equivalentes a 16.200 millones de bolivianos. Esta cifra representa dos tercios del total recaudado por la minería a nivel nacional. Utilizando la misma analogía, Potosí generó dos de las tres partes de ese “pan”. Con este monto, se podrían haber construido alrededor de 80 hospitales.
Sin embargo, al analizar la inversión que Potosí ha recibido del Estado central, surge una clara disparidad. Entre 2021 y 2023, la Gobernación de Potosí, los 42 gobiernos municipales, la Universidad Autónoma Tomás Frías y la Universidad Nacional de Siglo XX recibieron conjuntamente 2.100 millones de bolivianos, según datos del Ministerio de Economía.
Si retrocedemos en el tiempo, entre 2006 y 2019, estas mismas entidades recibieron 1.822 millones de bolivianos, y entre 1994 y 2005, apenas 243 millones de bolivianos.
Un ejemplo claro son los 904 millones de bolivianos que fue lo recaudado por regalías de la comercialización y exportación de minerales el 2024 por parte de la gobernación, ejecutando un 127% de lo presupuestado de 710 millones, para este 2025 el techo programado es de 744 millones de Bs. Según el titular de la secretaría de minería de la gobernación Micol Anze.
En resumen, desde 1994 hasta 2023, la suma total que Potosí recibió del Estado central no alcanza ni siquiera la mitad de los 2.300 millones de dólares que aportó en impuestos mineros entre 2000 y 2023. Esta situación evidencia una clara desproporción entre la contribución de Potosí a la economía nacional a través de la minería y la inversión que la región recibe a cambio. La analogía del “padre” que da mucho para el sustento familiar sin recibir una retribución equivalente refleja la percepción de un sacrificio no compensado para Potosí en los últimos 23 años.