Hilda Jaffe se mantiene activa, independiente y saludable. Hace sus compras, va a eventos culturales y aun es dueña de su vida. Cuáles son sus consejos
Los “SuperAgers” o “Superancianos” tienen fascinados a los investigadores. Se trata de personas que tienen más de 80 años pero conservan características cognitivas de un adulto de entre 20 y 30 años más joven.
Dentro de este grupo ha llamado la atención de los científicos Hilda Jaffe, una mujer de 102 años que vive sola y de manera independiente en Nueva York.
¿Cuál es su secreto? Jaffe ha atribuido su longevidad a su herencia genética, a la suerte y a su compromiso de “seguir adelante”, en ese orden.
Hilda se sale del estereotipo de una persona mayor: se mantiene física y mentalmente ágil y se mueve de manera independiente. Carga las bolsas de sus compras, viaja en autobuses urbanos para visitar a sus médicos y asiste a la Ópera Metropolitana y los principales museos neoyorquinos.
Es un ejemplo de una persona mayor que vive sola y en bienestar. Lo que hoy se llama longevidad saludable.
Sofiya Milman, directora de Estudios de Longevidad Humana del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento de la Facultad de Medicina Albert Einstein e investigadora de los “superagers”, afirmó a KFF Health News: “Como grupo, los superancianos tienen una visión muy positiva de la vida y son muy resilientes”.
Según diversas investigaciones sobre el tema, entre las cualidades asociadas a la resiliencia en los mayores se incluyen el optimismo y la esperanza, la capacidad de adaptarse a circunstancias cambiantes, las relaciones personales relevantes, las conexiones con la comunidad y la actividad física.
Jaffe cuenta con todas esas cualidades, además de una actitud positiva. Se define a sí misma como “pragmática”, es decir, tiene una visión clara de lo que puede y no puede hacer.
En cuanto a la soledad, un tema que aflige a millones de personas en el mundo, Haffe ha dicho, en declaraciones a la prensa: “No es mi problema. Tengo bastante que hacer dentro de mis posibilidades”. Afirmó que le gusta ser independiente y hacer las cosas a su manera. “Si surge un problema, lo resuelvo”.
Según los datos más recientes de la Oficina del Censo, solo hay 101.000 centenarios en Estados Unidos. De este pequeño grupo, el 15% vive de forma independiente o lo hace mientras vive con alguien, según Thomas Perls, fundador y director del New England Centenarian Study, el mayor estudio de centenarios del mundo. Jaffe es uno de los 2.500 centenarios que participa en esa investigación.
De acuerdo con Perls, un 20% de los centenarios están libres de problemas físicos o cognitivos, como Jaffe. Otro 15% no padece enfermedades relacionadas con la edad, como artritis o cardiopatías.
La superanciana estadounidense solo tiene unos pocos problemas de salud, como reflujo, arritmias ocasionales, osteoporosis, un poco de ciática y un nódulo pulmonar que apareció y desapareció. Jaffe controla estos problemas y sigue al pie de la letra los consejos de sus médicos.
Todos los días, camina 3.000 pasos, al aire libre si hace buen tiempo o dentro de su casa, dando vueltas en el pasillo, si el día está feo. Su dieta es sencilla: pan, queso y café descafeinado para desayunar; un sándwich o huevos para comer; a menudo pollo y verdura. Nunca fumó, no bebe alcohol y duerme ocho horas cada noche.
También disfruta del arte. Está abonada a la Ópera Metropolitana, la Filarmónica de Nueva York y un ciclo de música de cámara. Además, visita las exposiciones de cuatro de los principales museos de Nueva York, de los que es miembro.
Incluso pertenece a un club de lectura en su sinagoga y forma parte del comité de educación de adultos de ese templo. Durante más de una década, trabajó como voluntaria en la Biblioteca Pública de Nueva York, en la Quinta Avenida. Además, se mantiene en contacto con familiares y amigos, una de las claves de la longevidad saludable.
Por supuesto, vivió dolores profundos en su vida, como cualquier persona. Perder a su marido, Gerald Jaffe, en 2005 tras 63 años de matrimonio fue muy duro, contó. Justamente, luego de la muerte de su esposo, decidió mudarse de New Jersey donde vivían a Nueva York. “Ya era suficiente. Habíamos hecho lo que queríamos hacer allí. Yo tenía 88 años y mucha gente se había ido. El mundo había cambiado. No tuve sensación de pérdida”, dijo.
“Para mí fue muy emocionante estar en Nueva York”, continuó. “Todos los días podías hacer algo… o nada. Esta ubicación no podría ser mejor. En una casa de Nueva Jersey, estaría aislada. Aquí, miro por la ventana y veo gente”.
Cuando le preguntan por el futuro, Jaffe ha dicho que no se preocupa por lo que vendrá después. Simplemente vive el día a día: “Mi broma es que acabará conmigo un repartidor en bicicleta andando por la vereda”, dijo Jaffe. Hasta que eso u otra cosa ocurra, “vivo en un estado de sorpresa. Cada día es un día nuevo. No lo doy por sentado en absoluto”.
Qué son los superancianos
Emily Rogalski, neurocientífica cognitiva en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y directora asociada del Centro Mesulam de Neurología Cognitiva y Enfermedad de Alzheimer, formó parte del equipo de investigación que acuñó el término “superagers” o “superancianos” hace 15 años, para esas personas con tan excepcional memoria.
En una nota reciente, Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó a Infobae quiénes son esos “superancianos”.
“La longevidad es el mantenimiento de la capacidad funcional de nuestro organismo, nuestro cuerpo y cerebro, a lo largo del tiempo. Es la demora en el proceso de envejecimiento, el cual depende de la genética y del estilo de vida”.
Sin embargo, señaló que estos hábitos podrían tener una base biológica porque “el “superpoder” que tienen estas personas tan lúcidas tiene que ver con una estructura biológica, neurológica, cerebral distinta, donde hay unas neuronas grandes, “extralarge”, que les permiten ser lo que son.
El doctor Andersson explicó que el tema es cómo lograr tener esas “superneuronas”. “No sabemos si podremos favorecer su desarrollo y además a qué edad habría que hacerlo. ¿Los tratamientos tendrían que ser en los adultos mayores, en los adultos medios, en los jóvenes o es algo que hay que hacerlo en la infancia? Esto es muy nuevo y nos faltan datos todavía”, concluyó.
Los superancianos comparten un estilo de vida, según un estudio de la Universidad de Nortwestern y publicado en la revista The Journal of Neuroscience. Estas son las actividades que realizan:
1. Se mantienen activos físicamente. Es una de las mejores cosas que se puede hacer a medida que se envejece, dijeron los autores del estudio.
2. Desafían su cerebro. La actividad mental puede ser tan importante como la física. Sudoku, leer o hacer un curso para hacer salir de la zona de confort ayudarán a estimular y hacer “trabajar” al cerebro de nuevas maneras.
3. Tienen fuertes relaciones sociales. “No es tan simple como decir: ‘Si tiene una red social fuerte, nunca tendrá la enfermedad de Alzheimer’”, dijo la doctora Rogalski. “Pero sí hay una lista de elecciones saludables que uno puede hacer, como seguir una dieta sana y no fumar, mantener redes sociales sólidas puede ser una de las primeras en esa lista”. Actividades como visitar familiares y amigos, colaborar de forma voluntaria en alguna organización y salir a diferentes eventos se han asociado con una mejor función cognitiva.
Y, al contrario, una baja participación social en edades avanzadas implica un mayor riesgo de demencia. Estos hechos validan la idea de que el ambiente es un actor principal del envejecimiento.
4. Disfrutan de la vida. Los superancianos estudiados por los especialistas estadounidenses, dijo la doctora Rogalski, son entusiastas del ejercicio físico y hasta disfrutan de una copa de vino por las noches.
La clave aquí es la moderación. Es igualmente importante tener en cuenta que beber más de la cantidad recomendada se considera un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.
Fuente: INFOBAE