Los empresarios reportan pérdidas de hasta 4.500 millones de bolivianos y expresan su descontento a través de protestas.
La crisis de bloqueos que ha azotado a Bolivia durante los últimos 15 días ha dejado una profunda cicatriz en la vida cotidiana y en el aparato económico del país. Con pérdidas que superan los 1.200 millones de dólares, según cálculos del Gobierno.
Los departamentos más afectados son Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, donde miles de familias lidian con el impacto de la inflación en la canasta básica.
Los bloqueos, especialmente concentrados en Cochabamba, han aislado a esta región vital para la conectividad nacional, sumergiéndola en una crisis económica que parece no tener solución a corto plazo.
La infraestructura económica del país ha enfrentado severas pruebas, con sectores productivos como la agricultura y la ganadería paralizados en gran medida, lo que agrava la crisis de precios y suministro
En respuesta a la escasez de alimentos, el Gobierno ha activado un puente aéreo entre Santa Cruz y Cochabamba, intentando mitigar la falta de productos básicos, aunque estas medidas son consideradas insuficientes. La intervención policial en puntos clave, como Parotani, permitió abrir brevemente la carretera, pero resultó en enfrentamientos que dejaron más de 14 heridos, incluyendo a un policía gravemente lesionado
La situación se complica con las amenazas del ex presidente Evo Morales de radicalizar las protestas y convocar a sus seguidores a lo que él denomina una “legítima rebelión indígena”. Mientras tanto, los empresarios reportan pérdidas de hasta 4.500 millones de bolivianos y expresan su descontento a través de protestas, incluyendo la convocatoria a un cabildo y manifestaciones que han incluido el uso de estiércol en oficinas públicas.
En un episodio reciente, Elmer Pozo, Director de Naabol, denunció que alrededor de 200 personas tomaron las instalaciones del Aeropuerto de Chimoré, causando la suspensión de actividades aéreas y la explosión de dinamita en la plataforma comercial. Este clima de tensión se intensificó cuando Morales afirmó haber sido objeto de un atentado durante un traslado a la radio cocalera RKC, lo que generó controversia y especulaciones sobre un posible autoatentado.
La salud de los agentes del orden también se ha visto comprometida; tras una cirugía reconstructiva, se logró salvar el pie de un sargento gravemente herido en los disturbios. Según el Ministerio de Gobierno, al menos 14 policías han resultado heridos en los enfrentamientos en Parotani.
La población observa con creciente preocupación cómo los intereses políticos están erosionando su bienestar, mientras la crisis se profundiza y las soluciones parecen distantes. El futuro inmediato de Bolivia se mantiene incierto, con el clamor de Cochabamba por una solución urgente que frene el deterioro económico y social del país.
Fuente: RED UNO