Tras intensos ocho días de huelga de hambre sin visos de solución al conflicto por el agua y el reconocimiento del directorio de la Administración Autónoma Para Obras Sanitarias (Aapos), los huelguistas decidieron endurecer su medida de presión. A partir de mañana, se anuncia que se iniciará una huelga seca, elevando la tensión del conflicto que ha puesto en jaque a las autoridades locales.
“Personalmente, voy a salir muerto de esta huelga”, declaró Erwin Valda, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Potosí, en una declaración que refleja el dramático giro que está tomando la protesta. Valda denunció que el alcalde de Potosí, Jonny Llally, apuesta al desgaste físico y psicológico de los huelguistas para sofocar sus demandas.
“Llally quiere ver muerto a este grupo de personas porque le incomoda y le molesta que sigamos presionando”, afirmó Valda durante su participación en un encuentro con la Defensora del Pueblo, Jaquelinne Alarcón, a quien notificó oficialmente la decisión de iniciar la huelga seca.