El ejército deja inservible la carretera que han usado cientos de miles de personas para escapar de Líbano hacia Siria. Un dron lanzado desde Irak acaba con la vida de dos militares israelíes
Israel lanzó un potente bombardeo esta medianoche al sur de Beirut cuyo objetivo, según diversos medios, era matar a Hashem Safieddine, previsible sucesor del líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, asesinado por el ejército israelí la semana pasada.
El ataque israelí hizo vibrar los cristales a kilómetros del objetivo y cuya intensidad recordó al del asesinato de Nasralá.
El bombardeo causó tres columnas de humo, que se han alzado sobre Dahiye, el suburbio sur chií en el que fue ultimado el líder del grupo libanés.
Hezbolá, que ha perdido a la mayoría de sus mandos militares en las últimas tres semanas y está penetrado por los servicios de inteligencia israelíes, no ha anunciado aún sucesor de Nasralá, si bien Safieddine, jefe del Consejo Ejecutivo, es considerado el principal candidato.
El número dos del partido-milicia libanés, Naim Qasem, aseguró el pasado lunes que el nombramiento sería anunciado “lo antes posible”.
Más muertes en Cisjordania
Mientras, el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina dijo que al menos 18 personas murieron en el bombardeo que el ejército de Israel ha llevado a cabo sobre el campo de refugiados de Tulkarem, en el norte de la Cisjordania ocupada.
Entre las víctimas hay menores, según denunció el portavoz de la Presidencia palestina, Nabil Abú Rudeina, que ha calificado el ataque de “crimen atroz” por parte de las fuerzas de ocupación israelíes.
“Los crímenes que siguen perpetrando las autoridades de ocupación israelíes no traerán seguridad ni estabilidad a la región. En cambio, llevarán a más violencia y no obligarán al pueblo palestino a renunciar a sus derechos legítimos”, añadió Abú Rudeina, quien responsabiliza también a Estados Unidos de las “continuas agresiones que están sufriendo los palestinos en el último año”.
El objetivo del bombardeo era un jefe de Hamas en Tulkarem, Zahi Yaser Abd al-Razeq Oufi, al que el ejército israelí y los servicios secretos dan por eliminado junto a otros “terroristas”, según un comunicado. Israel responsabiliza a Oufi de diversos ataques en Cisjordania, especialmente contra colonos judíos.
El campo de refugiados de Tulkarem, así como el de Yenín, son dos de los puntos de Cisjordania que más están sufriendo en la presente guerra los ataques del ejército judío.
Fuente: EL PAÍS