El alarmante incremento en la muerte de menores que trabajan en los oscuros y peligrosos socavones de las minas de la jurisdicción municipal marca un año sombrío para la minería en Potosí.
Aunque se conoce que las cifras incrementaron, muchas cooperativas mineras optan por guardar silencio, evitando reportar los fatales incidentes, tal como la ley exige.
Antonieta Peñaranda, responsable de la Niñez y Adolescencia en el municipio, confirmó la preocupante situación a Kollasuyo. Visiblemente consternada, lamentó profundamente las muertes de estos menores de edad que, en lugar de estar en las aulas, pierden la vida en las entrañas del Cerro Rico.
Sin embargo, no pudo precisar cuántas vidas juveniles han sido arrebatadas este año en el interior de las minas, una falta de claridad que parece subrayar la invisibilización del problema.
Ante esta escalofriante realidad, Peñaranda aseguró que se está coordinando la realización de inspecciones sorpresa en las minas operadas por cooperativas, con el objetivo de identificar si estas están violando la ley al emplear a menores en trabajos pesados, exponiéndolos a condiciones laborales inhumanas.