La misión de SpaceX, comandada por un multimillonario, ha volado más lejos que ninguna otra nave tripulada desde las misiones Apolo. Llevará a cabo el jueves la primera caminata extravehicular privada de la historia
Polaris Dawn, la misión de SpaceX con cuatro astronautas no profesionales a bordo, ha alcanzado en el segundo de sus cinco días en órbita uno de los objetivos que la convierten en histórica. Esta noche superó los 1.400 kilómetros de altitud, más lejos que ninguna otra nave tripulada desde el Apolo 17 de la NASA en 1972, volando en la órbita terrestre más alta a la que ha llegado nunca el ser humano. Además, la compañía de Elon Musk ha anunciado que la primera caminata espacial privada de la historia se llevará a cabo este jueves. Por primera vez, dos civiles se pasearán por el exterior de una nave espacial. El honor -y el riesgo- les corresponden al multimillonario estadounidense Jared Isaacman y la especialista de misión Sarah Gillis.
La distancia es la más lejana que los humanos han volado desde la misión de aterrizaje lunar Apollo 17 de la NASA en 1972, y la órbita terrestre más alta realizada por una nave espacial tripulada desde la misión Gemini 11 de la NASA en 1966.
La cápsula Crew Dragon Resilience partió en un cohete Falcon 9 a la órbita baja de la Tierra desde el Complejo de Lanzamiento 39A en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida el martes a las 11.23 hora española. A bordo viajan Isaacman, Gillis, el piloto Scott Poteet y la especialista de misión Anna Menon. Con al excepción de Isaacman, ninguno tiene experiencia previa en el espacio.
Según informa SpaceX en la red social X, poco después del despegue, la tripulación comenzó un protocolo de respiración previa de dos días en la que la presión de la Dragon disminuye lentamente mientras los niveles de oxígeno dentro de la cabina aumentan. Esto ayuda a purgar el nitrógeno del torrente sanguíneo de los astronautas y a reducir el riesgo de enfermedad por descompresión (DCS). Se trata de un ejercicio importante para preparar la caminata espacial.
Unas dos horas después del despegue, la tripulación pudo disfrutar de su primera comida en el espacio. Después, se puso manos a la obra con el primer bloque de ciencia e investigación de la misión, en el que probaron la conexión con Starlink, la constelación de satélites de Musk, durante aproximadamente 3,5 horas. Los astronautas realizarán 36 experimentos científicos durante su viaje, muchos de ellos relacionados con la salud en el espacio.
Precisamente, la tripulación estuvo expuesta a altas dosis de radiación cuando la cápsula realizó su primer paso por la Anomalía del Atlántico Sur (AAS), una región donde el campo magnético de la Tierra es más débil, lo que permite que más partículas de alta energía del espacio penetren más cerca de nuestro planeta.
Supera a la Gemini 11
Lo «más emocionante» de ese primer día de vuelo, recalca SpaceX, es que la cápsula alcanzó un apogeo (punto más lejano) de aproximadamente 1.216 kilómetros, lo que convertía a Polaris Dawn en la misión Dragon a mayor altura realizada hasta la fecha. Pero Dragon no se quedó ahí y, después de verificar el buen estado de los sistemas, la nave se elevó, como estaba previsto, a una órbita elíptica de 190 x 1.400 kilómetros al comienzo del día de vuelo 2: la más alta que ha alcanzado el ser humano -supera a la Gemini 11 de la NASA, que alcanzó los 1.373 kilómetros en 1966- y el viaje tripulado más lejano desde el programa Apolo hace más de 50 años.
En comparación, el cinturón de Van Allen se encuentra a unos 1.000 km de altitud; el Telescopio Espacial Hubble, a 515 km, y la ISS, a 400 km.
Este mediodía, Dragon había completado seis órbitas alrededor de la Tierra a esa altitud. Durante las siguientes cinco horas, realizará cuatro encendidos para descender a una órbita de unos 190 x 742 km en preparación para la caminata espacial del jueves. Será el momento más esperado, cuando Isaacman y Gillis salgan a 700 km sobre la Tierra para probar por primera vez los modernos trajes desarrollados por SpaceX para futuras misiones en el espacio, quizás los que lleven los primeros viajeros a Marte.
Fuente: EL PAÍS