Conocida también como eritema o “enfermedad de la bofetada”, la causa el parvovirus B19 y puede afectar a adultos y niños. Qué se detectó en Europa, Estados Unidos y la Argentina, y cuáles son las medidas de prevención
Se la conoce como la “quinta enfermedad” o eritema. O también se le llama la “enfermedad de la bofetada” porque produce un sarpullido rojo en las mejillas. Se trata de una infección que es causada por el patógeno parvovirus B19.
En los Estados Unidos, se detectó una mayor circulación del parvovirus, según advirtieron ayer los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Si bien no es una enfermedad de notificación obligatoria en ese país, comunicaron que recibieron informes que indican un aumento de la actividad del parvovirus B19 en su territorio.
También durante el primer trimestre de este año, las autoridades de salud pública de 14 países de Europa habían observado un número inusualmente elevado de casos de parvovirus B19.
En diálogo con Infobae, la doctora Pilar Adamo, profesora adjunta en la Facultad de Ciencias Médica de la Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Médicas y del Instituto de Virología José María Vanella, contó que también se ha observado un aumento de los casos de parvovirus en la provincia de Córdoba, Argentina.
“Es probable que desde el año pasado se esté desarrollando un brote epidémico de parvovirus B19 en toda la Argentina y en otros países de América Latina. Pero no se han reportado los casos porque no es de notificación obligatoria. En Europa se detectó el aumento de casos desde mayo del año pasado”, afirmó Adamo, quien con su equipo de colaboradores tiene tres artículos a la espera de revisión de pares sobre la enfermedad.
Es posible que el brote de parvovirus esté relacionado con que las medidas de restricción de la movilidad durante la emergencia sanitaria por el COVID-19 “hicieron que los niños no vayan presencialmente la escuela y al jardín de infantes, que son los principales sitios de contagio. Entonces, el parvovirus se transmitió menos y eso podría haber generado una menor inmunidad a nivel poblacional o general”, comentó la investigadora.
De hecho -subrayó-, “uno de nuestros estudios en Argentina demuestra una baja frecuencia de inmunidad (IgG) en embarazadas durante los años 2021-2022″.
La infección por el parvovirus puede ser grave en algunos adultos, si tienen anemia o si son inmunocomprometidos. En personas que cursan un embarazo puede provocarle graves problemas de salud al feto.
“En Córdoba hemos constatado una suba de los casos del virus parvovirus en niños. Es un patógeno que circula dependiendo de la cantidad de personas susceptibles. Si bien puede afectar a los niños, uno de los riesgos es que alcance a embarazadas y que se transmita de manera vertical”, agregó.
“Los datos incluyen un aumento en la positividad de las pruebas para parvovirus B19 en especímenes clínicos y plasma agrupado de un gran laboratorio comercial, e informes de grupos de complicaciones asociadas al parvovirus B19 entre personas embarazadas y personas con anemia drepanocítica”, remarcaron los expertos de los CDC en un comunicado.
También se aclaró que la proporción de personas con anticuerpos IgM, que un indicador de haber tenido la infección recientemente, aumentó entre todas las edades de mayor de 3% durante 2022-2024 al 10% en junio de 2024.
El mayor incremento se observó entre los niños de entre 5 y 9 años, del 15% durante 2022-2024 al 40% en junio de 2024.
Qué produce el parvovirus B19
El parvovirus B19 es un virus común que se propaga a través de las gotitas respiratorias. Se cree que los anticuerpos de la infección ayudan a proteger contra la reinfección, según los CDC.
El parvovirus B19 (B19) fue descripto en 1974 por la viróloga australiana Yvonne Cossart cuando realizaba ensayos de virus de la hepatitis B en sueros de donantes sanos. Su nombre se debe a la muestra de suero (19 del panel B) que resultó positiva por contrainmunoelectroforesis y negativa por otras técnicas.
Aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses tienen niveles detectables de esos anticuerpos a los 20 años, y más del 70% los tienen a los 40. Las personas con ocupaciones en estrecho contacto con niños, como escuelas y guarderías, tienden a tener un mayor riesgo de infección.
Al igual que ocurrió con muchas otras enfermedades respiratorias, las medidas como los confinamientos masivos y la reducción de la movilidad en las ciudades y entre los países por prevenir la propagación del coronavirus que causa la enfermedad Covid-19 impactaron también en la circulación del parvovirus. Se redujeron drásticamente las infecciones por parvovirus B19. Pero hubo pérdida de inmunidad.
Cómo se desarrolla la infección por parvovirus
Muchas personas que contraen el parvovirus B19 no presentan síntomas. Pero las que sí los presentan suelen notar dos fases de enfermedad.
La primera fase comienza aproximadamente una semana después de la infección, y los síntomas pueden ser fiebre, dolores musculares y malestar general que duran unos cinco días. Este es el momento en que las personas son más contagiosas.
Durante la segunda fase de la enfermedad, que comienza más o menos una semana después, los niños suelen desarrollar la erupción facial característica, seguida de una erupción corporal o dolor en las articulaciones. Los adultos suelen presentar una erupción en el tronco y dolor articular.
Quiénes tienen más riesgo de complicaciones
La infección por el parvovirus puede causar complicaciones graves en determinados grupos. Las personas con afecciones hemolíticas crónicas, como la anemia falciforme, o las que tienen el sistema inmune muy debilitado pueden desarrollar anemia aplásica, un trastorno sanguíneo poco frecuente y potencialmente mortal.
Entre las mujeres embarazadas, entre el 5% y el 10% de los casos pueden tener consecuencias adversas para el feto, como anemia, hidropesía o aborto espontáneo.
No hay vacuna para el parvovirus ni tratamiento específico, salvo aliviar los síntomas. La mayoría de las infecciones desaparecen por sí solas.
Los CDC dieron estas recomendaciones para evitar el contagio del parvovirus y otras enfermedades respiratorias:
- lavarse las manos con frecuencia
- mantener limpias las superficies comunes
- taparse la boca y la nariz al toser o estornudar
- si tiene síntomas, hay que mantenerse alejado de otras personas hasta que se mejore
Si la persona está embarazada, tiene el sistema inmunitario debilitado o padece un trastorno hemolítico crónico, la agencia se recomienda llevar mascarilla o barbijo cuando esté con otras personas y recibir atención médica de inmediato si presenta síntomas.
Fuente: INFOBAE