Existen numerosas creencias que pueden influir en la decisión de las madres a la hora de amamantar. Las más usuales y qué dicen los expertos
La lactancia materna, fundamental para el desarrollo infantil, posee numerosos beneficios, tanto para el bebé como para la madre. Sin embargo, existen muchos mitos que pueden desanimarlas rápidamente, llenarlas de dudas y temores.
Es por ello que desmontar creencias en torno a la insuficiencia de leche materna, la incompatibilidad con ciertas dietas o la creencia de que la lactancia prolongada es perjudicial, resulta esencial.
Este es uno de los objetivos de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Cada año, del 1 al 7 de agosto, se busca promover la difusión de información esencial sobre la lactancia. Y desterrar mitos
Esta iniciativa global es coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA) y cuenta con el respaldo de la OMS y UNICEF. Su propósito es aumentar la conciencia sobre la importancia de la lactancia y brindar apoyo a las madres que amamantan.
Los mitos sobre la lactancia materna influyen significativamente en las decisiones de las madres, a menudo llevándolas a abandonar la lactancia prematuramente. En este sentido, desarmar ideas arraigadas es fundamental para una lactancia materna exitosa, a la vez de un crecimiento infantil favorable.
Cuáles son los mitos más frecuentes de la lactancia materna
1. La lactancia es fácil
Aunque los bebés nacen con el reflejo de buscar el pecho, muchas madres necesitan apoyo práctico para posicionar correctamente al bebé y asegurar un buen agarre.
De acuerdo a la OMS y UNICEF, la lactancia materna requiere práctica y paciencia tanto para las madres como para los bebés.
La lactancia materna demanda tiempo y dedicación, por lo que es esencial que las madres reciban apoyo en el hogar y en el trabajo para realizarlo de manera exitosa. Según la máxima autoridad sanitaria internacional, son claves el asesoramiento, el apoyo familiar y comunitario, y seguir las indicaciones que aportan los especialistas para cada caso individual.
2. Es necesario separar al recién nacido de su madre para que ella pueda descansar
Este es otro mito extendido. La OMS señala que el contacto piel con piel entre la madre y el bebé inmediatamente después del nacimiento e inicio de la lactancia materna durante la primera hora de vida es una de las claves para una lactancia exitosa. Si la madre no puede realizar este contacto, la pareja u otro familiar puede asumir el papel.
Los profesionales de la salud, como médicos, enfermeras y parteras, suelen promover esta práctica ―o método madre canguro― inmediatamente después del nacimiento.
La Sociedad Colombiana de Pediatría indica que colocar al bebé directamente sobre la piel de la madre facilita que el recién nacido encuentre y se prenda al pecho.
3. Amamantar a demanda malcría o hace más apegados a los bebés
Cada bebé es único; algunos son más apegados que otros, independientemente de cómo sean alimentados. La lactancia materna ofrece la mejor nutrición y es crucial para el desarrollo cerebral del bebé. La lactancia a demanda no malcría a los niños ni los hace más dependientes, y su causa se debe a otros factores.
Además, los bebés amamantados son cargados en brazos con mayor frecuencia, lo que refuerza el vínculo de apego entre la madre y el bebé, dice UNICEF. Según la Asociación Española de Pediatría, dar el pecho a demanda del bebé es lo más recomendable, ya que decide cuándo comer.
4. Si te enojas, se puede “ir o cortar la leche”
Esta afirmación es falsa. Según señalan los expertos de la UNAM, no es recomendable amamantar durante o inmediatamente después de un episodio de enojo. ¿Por qué? La madre se encuentra bajo estrés y libera adrenalina, una hormona vasoconstrictora.
Esta situación puede reducir la circulación sanguínea en la glándula mamaria, lo que a su vez disminuye temporalmente la cantidad de leche producida. No obstante, este efecto solo es eventual y la producción de leche se normaliza una vez que la madre se calma.
5. Quienes tengan los pezones planos o invertidos no podrán dar el pecho
De acuerdo a la Asociación Española de Pediatría, las mujeres con pezones planos o invertidos pueden amamantar exitosamente con el apoyo adecuado. La forma de los pezones no determina la capacidad de producir leche ni de amamantar eficazmente.
Con la ayuda de técnicas apropiadas y el apoyo de consultores en lactancia, las madres pueden superar las dificultades iniciales relacionadas con el agarre del bebé. Además, el uso de dispositivos como protectores de pezones y extractores de leche pueden facilitar el proceso de lactancia para las madres con pezones planos.
6. Amamantar duele
Al comienzo de la lactancia, puede haber molestias hasta que se logra una adecuada adaptación y una correcta succión, explican desde UNICEF. Si el dolor persiste, podría indicar problemas como infecciones o un mal agarre del bebé.
Por su parte, los expertos de la UNAM hacen hincapié en que es esencial que la madre reciba información adecuada para lograr una técnica correcta y evitar el dolor, en especial durante el primer mes de lactancia. Una buena posición permitirá que el bebé se “prenda” y succione correctamente.
Existen distintos ungüentos para prevenir grietas en los pezones, sin embargo, desde la institución mexicana recomiendan mantener los pezones hidratados con la propia leche materna.
7. No puedes tomar ningún medicamento si estás amamantando
Según indican los especialistas de Mayo Clinic, la mayoría de los medicamentos son seguros para tomar durante la lactancia, y los beneficios de continuar con un tratamiento para una afección crónica suelen superar los posibles riesgos.
Sin embargo, existen algunos medicamentos que no se recomiendan durante la lactancia debido a sus posibles efectos perjudiciales para el bebé. En estos casos, el profesional de la salud puede sugerir un medicamento alternativo o evaluar los niveles del medicamento en la leche materna para determinar la seguridad de continuar amamantando.
“Los mitos sobre la lactancia materna pueden tener consecuencias profundas en la salud mental y física de las madres y sus bebés. Las madres pueden experimentar ansiedad y estrés, especialmente si creen erróneamente que no pueden amamantar debido a una enfermedad o la toma de medicamentos”, afirma el doctor Claudio Daniel Ruffolo, tocoginecólogo de Boreal Salud (MP. 8045).
Y continúa: “Este estrés puede generar un círculo vicioso, donde la ansiedad dificulta aún más la lactancia, lo que puede causar cuadros como mastitis, lesiones en el pezón, obstrucción del conducto lactífero, etc. Por otro lado, para los bebés, la falta de lactancia puede resultar en la pérdida de nutrientes esenciales y una menor protección inmunológica”.
8. No se debe amamantar si estás enferma
La doctora Michele Griswold es consultora en lactancia, enfermera registrada, investigadora y defensora de la lactancia, y representa a la Asociación Internacional de Consultoría en Lactancia ante el Colectivo Mundial para la Lactancia Materna. Sobre este mito, la experta afirma que las madres, generalmente, pueden seguir amamantando mientras están enfermas, aunque hay que evaluar cuál es la afección.
Es importante que reciban el tratamiento adecuado, descansen y mantengan una buena alimentación e hidratación. Muchas veces, las madres transmiten a sus bebés los anticuerpos que desarrollaron para combatir sus enfermedades, lo que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico del bebé.
Por su parte, el doctor Ruffolo sostiene que la mayoría de las enfermedades comunes no contraindican la lactancia y que es seguro continuar amamantando con la mayoría de las afecciones.
9. Muchas madres no pueden producir suficiente leche y de buena calidad para su bebé
Según la Asociación Española de Pediatría, la mayoría de las madres producen suficiente leche para sus bebés, lo cual depende de la capacidad del bebé para prenderse bien al pecho y la frecuencia de las tomas.
Los expertos de la UNAM, en tanto, advierten que la producción de leche puede parecer disminuir entre la tercera y quinta semana, lo cual puede estar relacionado con el aumento de la demanda del bebé o una alimentación inadecuada de la madre. Esto, a menudo, lleva a que algunas madres complementen con fórmula, lo que puede resultar en que el bebé prefiera la fórmula.
Sin embargo, el mejor estímulo para mantener la producción de leche materna es la succión continua, satisfactoria y energética del bebé. “La leche materna siempre es de excelente calidad y proporciona todos los nutrientes necesarios para el bebé”, sostiene el doctor Ruffolo.
10. Durante la lactancia no se debe practicar deportes
Las madres pueden practicar deportes durante la lactancia sin afectar negativamente la producción ni la calidad de la leche materna. El ejercicio regular ofrece múltiples beneficios, como mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y ayudar a recuperar la forma física posparto.
La American Academy of Pediatrics señala que las madres pueden amamantar antes y después de hacer ejercicio sin problemas, ya que la actividad física no altera significativamente la composición de la leche.
Además, según UNICEF, no hay evidencia de que el ejercicio moderado cambie el sabor de la leche, de manera que afecte la aceptación por parte del bebé. Sin embargo, se recomienda a las madres mantenerse hidratadas y usar un sostén deportivo adecuado para mayor comodidad.
Después de un ejercicio intenso, es aconsejable esperar al menos una hora antes de amamantar para permitir que el ácido láctico disminuya, aunque esto rara vez afecta la disposición del bebé para amamantar.
Fuente: INFOBAE